Su cometido en Caixa Galicia es proporcionar a José Luis Méndez todos los criterios y fundamentos económicos necesarios para tomar cualquier decisión con seguridad. Enrique Tellado, director de Planificación Estratégica de la caja, inició su carrera en el sector de la consultoría estratégica en multinacionales como Boston Consulting Group y McKinsey & Company, asesorando a entidades financieras en España, Portugal, Italia y Estados Unidos. Tellado analiza para FARO los entresijos de la crisis económica, sus repercusiones en Galicia y España y las posibles vías de escape para salir "reforzados" de esta situación.

-¿Qué crisis debería preocuparnos más, la financiera o la económica?

-Creo que el problema que tenemos en España es de crisis económica, más allá de la financiera que también existe. Hay dos cosas que nos deben preocupar: el descenso de la actividad y el consumo, y el aumento del paro. En el marco de esos dos aspectos hay otro factor que los rodea, que es la desconfianza. Ésta genera dudas en las inversiones, en las familias, y se retrasan las acciones de consumo que de alguna forma impulsarían la economía.

-En el caso de EE UU y las hipotecas subprime, ¿la avaricia rompió el saco?

-Ésa podría ser una lectura. Las subprime sólo son el detonante de una crisis que se viene gestando durante la última parte ascendente del ciclo económico. Partimos de una etapa de crecimiento muy larga, nunca antes conocida. Este ciclo genera dos desequilibrios principales, que es lo que reside en el fondo de la crisis. Por un lado, el desequilibrio inmobiliario: los precios crecieron de una forma muy elevada, más allá de lo que debiera ser el valor real de una vivienda. Y por otro lado, las familias, en un entorno de ciclo creciente y tipos bajos, se endeudaron, al igual que las empresas, más de lo normal.

--¿Coincide entonces con Emilio Botín en que la banca ha cometido excesos?

-Existen muchos factores. Uno de ellos es que ha habido un exceso de ambición, sin duda. Un exceso de ambición que nos ha arrastrado a todos a intentar crecer más para responder, en el caso de las cajas, a nuestro principal receptor de dividendos, que es la obra social. No tendría sentido que en un sistema único como el que hay en España, unas entidades financieras, que son los bancos, crecieran al 30%, y de repente las cajas, con su objetivo de dar un dividendo social, simplemente dieran un 10%. Pero sí que ha habido un exceso de ambición.

--Algunos expertos sostienen que existen tres tipos diferentes de crisis en función de la velocidad en la que llega y se va, en V, en U y en L. ¿En cuál estamos?

-Si le buscamos una similitud con una letra, la L es lo más parecido a lo que sucede. Al final, salir de la crisis supondrá que el mercado inmobiliario esté ya estabilizado, y que los niveles de apalancamiento se hayan corregido. Para que esto suceda tienen que pasar largos periodos, y con largos periodos me refiero a varios semestres. Eso para empezar otro ciclo de crecimientos con ambiciones, por así decirlo. Evidentemente, mucho antes de eso creo que es posible llegar a un equilibro abajo, y a partir de ahí, empezar a presentar algo de crecimiento positivo. El problema es que estamos justo donde la pendiente negativa es mayor.

-¿Estamos ya en recesión?

-Según el criterio técnico que marca que la recesión la marcan dos trimestres negativos, puede ser que la toquemos en el primer semestre. Pero desde mi punto de vista no es el mejor criterio. Creo que ya estamos en recesión, porque se está destruyendo empleo, reduciendo la confianza y la economía real no avanza. Eso es recesión.

-¿Se improvisa mucho en materia económica? Me refiero a decisiones políticas.

-Espero, deseo y confío en que no se improvise. Las condiciones del mercado han cambiado de forma muy rápida, y era difícil prever lo que había que hacer. Pero espero que las medidas que se tomen sean coordinadas con otros gobiernos, porque es muy importante, y que sean las correctas.

-Tal y como están las cosas, parece difícil buscar una alternativa a la construcción en este país. ¿Se le ocurre alguna?

-Ésa es probablemente la mejor pregunta que se pueden hacer ahora los políticos. Hay muchos sectores sobre los que se pueden trabajar. Desde la energía eólica, temas de valor añadido como el diseño textil, la arquitectura? Hay un montón de actividades que un país como España, que yo creo que es emprendedor, y que siempre se ha volcado en salir al extranjero cuando hubo necesidad, puede desarrollar ahora.