Los títulos de uno de los mayores bancos de inversión del mundo cayeron hoy el 6,93 por ciento, hasta cerrar a 7,25 dólares, con lo que acumulan ya un descenso del 55,24 por ciento durante las tres sesiones bursátiles de esta semana.

Aunque el lunes cayó un 12,65 por ciento, el peor día sin duda para la firma fue el martes, cuando perdió en una sola sesión el 44,95 por ciento de su valor bursátil.

Por ello, decidió adelantar una semana su cita trimestral con los accionistas y anunciar hoy, antes de que abriera Wall Street, sus resultados preliminares correspondientes al tercer trimestre fiscal (junio-agosto).

Su intención era disipar rumores sobre su salud financiera y anunciar la adopción de medidas concretas para recuperar cuanto antes la rentabilidad y no convertirse, como temen algunos, en el próximo Bear Stearns, que colapsó el pasado marzo.

Los datos difundidos por la firma fueron peores de lo esperado por los analistas, ya que anunció pérdidas de 6.212 millones de dólares en los nueve primeros meses, frente a los 3.306 millones que ganó un año antes.

Solo en el tercer trimestre fiscal, Lehman perdió 3.927 millones de dólares (5,92 dólares por acción), frente a los 2.774 millones de dólares (5,14 dólares por título) perdidos los tres meses anteriores y a los 887 millones de dólares ganados hace un año (1,54 dólares por acción).

A la publicación de los peores resultados de su historia se sumó la negativa del Banco Coreano de Desarrollo (KDB) de comprar una participación del 25 por ciento de Lehman Brothers e inyectar así un capital que le vendría muy bien a la firma estadounidense.

"Existen desacuerdos con Lehman sobre las condiciones de la transacción, de modo que, teniendo en cuenta las condiciones del mercado en casa y en el extranjero, el banco ha decidido interrumpir las negociaciones", confirmó hoy oficialmente el KDB en un comunicado.

A la vez que sus resultados, la entidad estadounidense anunció hoy una serie de medidas con las que pretende garantizar su supervivencia y elevar la confianza de los inversores.

Entre ellas, determinó el recorte del dividendo trimestral de 68 a 5 centavos por acción y la "drástica" reducción de su grado de exposición a activos vinculados al sector inmobiliario y a préstamos hipotecarios.

Además, dijo que segregará una participación mayoritaria en su división de administración de activos Neuberger Berman, por la que podría obtener entre 7.000 y 8.000 millones de dólares, según los analistas.

"Este es un momento extraordinario para nuestro sector y uno de los más duros en la historia de la firma", reconoció el presidente y consejero delegado del banco, Richard Fuld, al presentar los resultados.

Añadió que las iniciativas estratégicas anunciadas hoy reflejan su firme determinación de recomponer el banco, reduciendo drásticamente el riesgo en su balance, centrándose en sus actividades de cara al cliente y tratando de recuperar la rentabilidad.

Pese a que en un principio los inversores parecieron recibir con esperanza los planes de Lehman Brothers y durante la primera mitad de la sesión en Wall Street apostaron por comprar sus títulos, finalmente reinó el pesimismo sobre el futuro de la compañía, de forma que sus acciones cerraron con un descenso del 6,93 por ciento.

En lo que va del año, la compañía ha caído el 88,9 por ciento en la bolsa afectada, como el resto del sector, por la crisis hipotecaria que azota los mercados financieros.

Esa crisis ha provocado la reciente intervención de los gigantes hipotecarios Freddie Mae y Freddie Mac y el colapso al comienzo del año de Bear Stearns, además de pérdidas multimillonarias y despidos masivos en empresas de la industria.