La decisión fue anunciada hoy de forma oficial al mismo tiempo que la segunda compañía automovilística estadounidense reveló que durante el segundo trimestre del año perdió 8.700 millones de dólares, en su inmensa mayoría debido a la caída de las ventas en Estados Unidos.

Esta cifra es la mayor pérdida trimestral en la que ha incurrido el fabricante -que estos días celebra el 100 aniversario del lanzamiento del famoso Modelo T que inició la popularización del automóvil- desde su fundación.

La apuesta del equipo directivo capitaneado por el consejero delegado Alan Mulally es arriesgada. En el pasado, los fabricantes estadounidenses han intentado importar a Estados Unidos modelos diseñados para los mercados europeos o asiáticos pero su éxito ha sido nulo.

Esta vez, acuciados por las masivas pérdidas, la crisis económica en Estados Unidos y los elevados precio de la gasolina, Ford está convencido de que es la mejor estrategia para salir del agujero en el que también se hallan los dos otros fabricantes estadounidenses, General Motors y Chrysler.

"Lo que es realmente diferente ahora en Estados Unidos han subido tanto y los consumidores realmente valoran vehículos más pequeños y eficientes", afirmó Mulally durante una rueda de prensa con analistas y medios de comunicación.

Mulally -que en el 2006 llegó a Ford procedente de Boeing, precisamente para reestructurar la empresa- añadió que la fórmula ha funcionado en otros mercados.

"Hemos visto el éxito de esto en Europa y el resto del mundo, lo que nos da mucha confianza. Es una oportunidad de sacar partido a nuestros activos globales y proporcionar a los consumidores estadounidenses lo que realmente quieren", explicó el directivo.

A pesar del optimismo que los directivos han querido insuflar a un día marcado por el rojo de las pérdidas, las perspectivas para el mercado estadounidense son pesimistas.

"Nuestra previsión es que la economía estadounidense no se empezará a recuperar en el año 2009, sino a principios del 2010" reconoció Mulally.

Esto influirá en los planes del fabricante que había anticipado salir de los números rojos para el 2009.

Mulally y el presidente de Ford en el continente americano, Mark Fields, también reconocieron que el fabricante considera que las ventas de grandes camionetas -que hasta ahora habían sido la principal fuente de ingresos para Detroit- "se va a recuperar aunque no volverá a los niveles que hemos tenido en el pasado".

Por eso Mulally dijo que el plan de Ford "es seguir mejorando la productividad y reducir los costes con estas acciones año tras año para siempre".

Para conseguir sus objetivos, Ford tiene previsto introducir en el mercado estadounidense durante los próximos años seis vehículos europeos, aumentar la producción de motores de cuatro cilindros y acelerar la introducción del motor EcoBoost, que proporciona un 20 por ciento de ahorro de consumo frente a modelos similares.

Además, Ford va a reducir la producción de todo terrenos y "pickup" en Norteamérica, dedicando tres plantas que en estos momentos montan este tipo de vehículos a la fabricación de autos pequeños.

Las factorías afectadas por este cambio Wayne (EE.UU.) -que actualmente produce los todoterrenos Ford Expedition y Lincoln Navigator-, la planta mexicana de Cuautitlan, que empezará a producir el nuevo Ford Fiesta a principios del 2010, y la planta de Louisville (EE.UU.).

Mientras, fuera de Estados Unidos la situación es mejor.

En Suramérica, Ford ganó 388 millones de dólares durante el segundo trimestre, 133 millones más que en el 2007, tras ingresar 2.400 millones de dólares.

En Europa, los beneficios fueron de 582 millones de dólares (262 millones hace un año) con unos ingresos de 11.500 millones de dólares (9.200 millones en 2007).

Y En Asia-Pacífico y África, las ganancias ascendieron a 50 millones de dólares (26 millones en el 2007) con ingresos de 1.700 millones de dólares.