La firma del rombo registró un beneficio neto de 1.467 millones de euros durante los seis primeros meses del año, lo que se traduce en un incremento del 36,7% en comparación con las cifras del mismo periodo del año anterior.

Entre las medidas recogidas en el nuevo plan de acción presentado por la empresa se encuentran el incremento de los precios de ventas, para absorber el aumento de los costes de las materias primas, así como aligerar el plan de producto con la simplificación, paralización o aplazamiento de proyectos "no prioritarios" o la congelación de las contrataciones en el continente europeo.

Además, Renault reorganizará sus centros de producción, con el fin de adaptarse a la evolución de los diferentes mercados. En concreto, reducirá a un turno la actividad en su planta de francesa de Sandouville, con motivo de la reducción de las ventas de las berlinas del segmento M2, que se fabrican en esta instalación. La empresa no descarta hacer más ajustes en la planta de Flins.