La crisis ha acabado con los excedentes de la Administración Central en apenas seis meses. Las cuentas del Estado tuvieron el pasado mes de junio un déficit de 4.683 millones de euros, un 0,42% del PIB, debido principalmente a la desaceleración en el sector inmobiliario y al aumento de los costes empresariales por el encarecimiento del crudo.

A finales de 2007 las cuentas de la Administración Central presentaban unos excedentes equivalentes al 1,3% del PIB, pero la desaceleración en el sector inmobiliario y al aumento de los costes empresariales por el encarecimiento del crudo han provocado una caída en los ingresos del Estado que han llevado a las arcas públicas a cerrar el primer semestre con déficit, el primero que se registra desde el mismo mes de 2005.

La vuelta de las cuentas del Estado al saldo negativo, que no se registraba desde junio de 2005, se debe también a las medidas económicas adoptadas por el Gobierno en este período, especialmente la deducción de 400 euros en el IRPF para asalariados, autónomos y pensionistas, que ha supuesto un desembolso para la Hacienda Pública de alrededor de 3.000 millones en el mes de junio.

El déficit del Estado es consecuencia de unos pagos que se situaron en 71.617 millones de euros, con un aumento del 10%, y de unos ingresos que ascendieron a 66.934 millones de euros, lo que supone un descenso del 4,8%.

En términos de caja, que computa los ingresos y gastos que efectivamente se han realizado durante el período, el Estado alcanzó un déficit de 2.065 millones de euros, frente al superávit de 4.168 millones del mismo período del año anterior.

El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, justifica estos datos por la desaceleración de la economía, principalmente en el sector inmobiliario, y el alto precio del crudo, que está produciendo aumentos en los costes empresariales y, por tanto, una merma de sus beneficios. Ocaña también achaca esta disminución de los ingresos a las medidas adoptadas por el Gobierno para aumentar la liquidez de las empresas y ayudar a las familias a disminuir el impacto de los precios.

La recaudación neta ascendió a 92.650 millones de euros, un 0,9% menos que en 2007. Los impuestos directos se elevaron hasta los 45.239 millones de euros, un 7,5% más. El IRPF mantiene su fortaleza y crece un 14,9% gracias a los ingresos obtenidos por retenciones del trabajo y del capital. En cuanto al Impuesto de Sociedades, el descenso es de un 17,6%.

Los ingresos por impuestos indirectos alcanzaron los 40.174 millones de euros, un 10,4% menos que en 2007. En el lVA la recaudación se elevó a 29.011 millones de euros, un 14,2% menos en comparación al ejercicio anterior. Este descenso se debe a la disminución de los ingresos brutos ligados fundamentalmente al sector de la construcción, así como a la agudización del efecto del alto precio del petróleo.

Asimismo, los impuestos especiales se elevaron hasta los 9.609 millones de euros, creciendo un 1,3%. De este capítulo destaca la recaudación del Impuesto sobre las Labores del Tabaco, que aumenta un 7%, mientras que la recaudación del Impuesto sobre Hidrocarburos tiene un descenso del 2,5%, por el menor consumo debido al encarecimiento del crudo en os últimos meses.

Por lo que se refiere a los pagos no financieros, éstos representaron un total de 67.689 millones.