Dicha encuesta incluye el Índice de Expectativa Económica, que recoge las opiniones de expertos económicos, empresarios y población en general, y que ha caído hasta los 54 puntos negativos (en una escala de -100 a 100), su peor registro desde que comenzó a elaborarse en 2003.

Los ciudadanos en general encuesta le dan una nota de 4 puntos sobre diez a la situación económica actual y 47 puntos negativos al índice de expectativas, y al ser consultados sobre sus previsiones de gasto, sólo el 3,7 por ciento reconoce su intención de comprar una vivienda, y un 6,7 por ciento manifiesta su interés por comprar un coche.

Al igual que los empresarios, los ciudadanos tienen peores expectativas en el conjunto de la economía (-61 puntos) que en la suya propia, a la que otorgan 34 puntos negativos.

Los malos augurios sobre los tipos de interés, el empleo y el Producto Interior Bruto configuran la base de las expectativas pesimistas de los ciudadanos sobre el futuro de la economía del país.

En cuanto a la economía doméstica, la percepción desfavorable se apoya sobre todo en la capacidad de ahorro, que los ciudadanos consideran se verá mermada en los próximos meses.

Las previsiones de gasto de la ciudadanía también se reducen, con cinco puntos en una escala del 1 al 10.

Los ciudadanos cuentan con que tendrán que incrementar sus gastos en agua, luz, gas, combustibles, comunicaciones, alimentos y bebidas, y prevén reducir los destinados a ocio, viajes, hostelería, mobiliario y equipamiento del hogar, salud y educación.

Los empresarios le dan a la situación económica actual sólo 4 puntos, aunque son los menos pesimistas de los tres colectivos consultados en cuanto a perspectivas de futuro, con 46 puntos negativos.

Su pesimismo es mayor en lo relativo a las expectativas macroeconómicas (-71 puntos) que en lo que se refiere a su propia empresa (-22 puntos), debido sobre todo a su mala percepción sobre la evolución del empleo, el PIB y los tipos de interés.

En el ámbito de su empresa siguen siendo pesimistas, aunque no tanto, con entre 20 y 30 puntos negativos en sus expectativas de empleo, ventas y beneficios, y no prevén fuertes caídas en su inversión, sobre todo la tecnológica y la dedicada a mercadotecnia y publicidad.

Los expertos en economía le dan 4,3 puntos a la situación actual, aunque son los más pesimistas en cuanto a expectativas de futuro y sitúan este índice en -68.

Así, al contrario que los empresarios, los expertos creen que las empresas, con -71 puntos, tendrán una peor evolución que los indicadores macroeconómicos, con -66 puntos.

Esto se debe a que consideran que las empresas sufrirán un mayor impacto negativo en los beneficios empresariales, en las ventas y en el empleo.

En cuanto al escenario internacional, las expectativas de los españoles -el conjunto de los tres colectivos consultados- respecto de evolución de la economía de la Unión Europea y la economía mundial son algo menos pesimistas, con 39 puntos negativos en ambos casos.