El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y el presidente del Santander, Emilio Botín, aprovecharon el encuentro que mantuvieron hoy en Santiago de Compostela para analizar la situación de la economía y la crisis que atraviesa la inmobiliaria Martinsa-Fadesa.

Touriño y Botín coincidieron en señalar que se atraviesa "un momento de serias dificultades a nivel internacional", según un comunicado difundido por la Xunta. Por su parte, el presidente del Gobierno gallego reconoció su "preocupación" por la situación de la inmobiliaria.

Al respecto, explicó que las consellerías de Economía, Traballo y Vivenda mantienen "contacto permanente" y "coordinan" sus actuaciones en relación a la "crisis" del grupo inmobiliario, que cuenta con unos 200 trabajadores en Galicia.

Touriño expresó su preocupación, explica el comunicado, en una doble vertiente, tanto por el cuadro de personal (el expediente de regulación de empleo presentado por la empresa afectará a 72 trabajadores en Galicia), como por los compradores que adelantaron dinero para comprar viviendas.

Para el presidente gallego, se debe velar por la viabilidad financiera de la compañía y, ante la suspensión de pagos, es necesario "estar vigilantes y atentos al discurrir de los acontecimientos".

Por ello, avanzó que las tres consellerías con competencias relacionadas con la crisis de la inmobiliaria están "en contacto permanente" y hacen "un seguimiento puntual" de los efectos que pudiese provocar la suspensión de pagos de la empresa.

El presidente de Banco Santander, que acudió acompañado por el director general de la entidad, Enrique García Candelas, y por el director territorial, Pablo Berdiel, también aprovechó para repasar con el mandatario gallego las líneas de colaboración entre el Santander y la Xunta, y entre la entidad bancaria y la Universidad gallega.