Paula García / A CORUÑA

A medida que pasan los días y las horas crecen la incertidumbre y la angustia entre los trabajadores de la sede coruñesa de Martinsa Fadesa. Y aumenta también el temor. En el día de ayer, después de conocerse la decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de suspender la cotización en Bolsa de la inmobiliaria y unas horas antes del inicio del Consejo de Administración, los trabajadores de la compañía declinaron hacer declaraciones ante los medios de comunicación, visiblemente afectados por la situación que arrastran desde hace más de medio año.

Tan sólo los miembros del comité de empresa y algún empleado se animaron a hablar del tema, aunque prefirieron hacerlo con cautela y prudencia. Los trabajadores de Martinsa Fadesa en A Coruña reconocen que prefieren no hablar en el interior del edificio por temor a sus jefes, teniendo en cuenta lo delicado de la situación. Reconocen, eso sí, que no pierden detalle de las informaciones que se publican en la prensa. De hecho, explican que lo poco que saben de la situación es a través de los medios. Todo lo demás son rumores y especulaciones. Y todo ello constituye el principal tema de conversación de los asalariados de la inmobiliaria en los pasillos del edificio y durante los descansos.

Los pocos que se atrevieron a pisar la calle a lo largo de la mañana de ayer formaron pequeños corrillos en los que el tema de conversación estrella fue la propuesta de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y la posibilidad de que la empresa recurra a la ley concursal, que es la antigua suspensión de pagos.

"La cosa está muy mal, y aun por encima resulta que no se venden viviendas debido a la crisis que atraviesa el sector. El 99% son rumores y habladurías, porque nosotros no sabemos nada cierto. Todo sigue en el aire. Llevamos desde el mes de diciembre así, esperando, entre otras cosas, a que nos presenten el Plan de Viabilidad. De confirmarse lo de la suspensión de pagos, nos tememos que en 15 ó 20 días se vaya todo al garete. No obstante, todo depende de las reuniones que se celebran esta tarde (por ayer) y mañana por la mañana (por hoy), de la disposición del presidente a negociar", decía al término de la jornada laboral uno de los trabajadores de la firma.

La mayoría de sus compañeros abandonaron la sede de Martinsa Fadesa de forma apresurada, con rostros de preocupación y sin ganas de hablar, aunque formaron pequeños grupos de conversación mientras se dirigían a sus respectivos vehículos.

Por otra parte, el presidente del comité de empresa, Fermín García, reconocía que el malestar es creciente entre los empleados de Martinsa Fadesa en A Coruña. "Los trabajadores están, como es lógico, muy preocupados y también muy cabreados por todo lo que está sucediendo. Los representantes de la empresa lo que suelen hacer es intentar ocultar las cosas hasta el último momento", comentaba ayer Fermín, horas antes de la celebración del Consejo de Administración y en vísperas de la reunión con los sindicatos.

El foco del conflicto se encuentra en la reducción de plantilla que proponen los altos cargos directivos de la compañía. En la actualidad trabajan en la sede de A Coruña un total de 181 personas. A ellas hay que añadir 28 más empleadas en la construcción y en tareas de control. La inmobiliaria pretende prescindir de los servicios de 60 de esas 181 personas, es decir, un tercio de la plantilla actual. La mayor parte de los despidos afectan al departamento técnico. En él trabajan 57 empleados. Con el ERE propuesto se verían reducidos a tan sólo 29. El departamento comercial pasaría de 20 a 12 asalariados.

Esta coyuntura contrasta con la que heredó Fernando Martín cuando compró a Manuel Jove Martinsa Fadesa. Entonces, en enero de 2007, eran 387 las personas empleadas en la inmobiliaria. De todas ellas, la supresión de empleos afectará a 266.

El goteo de despidos se inició precisamente con la llegada de Fernando Martín. Desde comienzos del año pasado hasta finales de noviembre del mismo año, la plantilla de Fadesa en su sede de A Coruña se redujo casi a la mitad (un 46%), al pasar de casi 400 trabajadores a tan sólo 208. El recorte más drástico tuvo lugar durante el primer trimestre de 2007, coincidiendo con la salida de Manuel Jove -ésta se produjo en el mes de marzo-. El antiguo propietario de la inmobiliaria se llevó consigo a una veintena de cargos medios y colaboradores muy estrechos. Posteriormente llegaron los 44 traslados a Madrid, que también se correspondieron con jefes y coordinadores de departamentos. A todos ellos se sumaron medio centenar de trabajadores más, que solicitaron la baja voluntaria.

En total, a finales de marzo eran ya un tercio los asalariados que habían abandonado la sede de A Coruña de Fadesa. La reducción fue más suave entre marzo y noviembre de 2007, aunque todos los meses se registraron bajas de empleados, hasta alcanzar los 208 trabajadores de finales de noviembre. Desde entonces, la cifra ha bajado ya a 181, y podría hacerlo en breve a 121. Eso sin tener en cuenta la posibilidad de que Martinsa Fadesa recurra a la ley concursal, lo que podría provocar el cierre de la empresa.

Los trabajadores sospechan que la empresa pretende continuar con el goteo de despidos hasta que no quede nadie en la sede de A Coruña y se vean obligados a cerrar sus puertas. La baza que juega ahora el comité de empresa es negociar con Fernando Martín que las indemnizaciones por despido sean de 45 días por año trabajado -es lo máximo que contempla la legislación vigente- y no de 20 días por año trabajado -es el mínimo legal-, que es lo que propone la empresa.