- Los rumores indican que la dirección de Citroën le trajo a Vigo al principio de los 80 para que se encargara de organizar el llamada "sindicato amarillo" ante la gran controversia sindical.

- No es cierto que viniera a organizar nada. Ya estaba organizado y el hecho es que cuando llegué a Vigo ya se habían celebrado las elecciones sindicales de 1982 y se había ganado con mayoría absoluta. Vine a Vigo como vinieron otros compañeros de Ourense, ya que se planteó la posibilidad de intercambiar los puestos de trabajo entre los dos centros. Yo simplemente colaboré con el sindicato en Vigo y participé con mi experiencia sindical para fortalecerlo un poco más

- ¿La relación sindical cambió mucho en estos años?

- El cambio fue radical, hasta el extremo de que podemos decir que prácticamente no existen diferencias entre unos y otros. Prácticamente todos seguimos la misma línea con temas muy puntuales por estrategias. Pero hubo un cambio muy importante y todos participan en los asuntos importantes de la empresa.

- ¿Cómo puede afectar su marcha al Sindicato Independiente?

- No debe afectar en nada. Primero porque no es un sindicato de personas. Lo que importa son los objetivos marcados y eso lo tiene asumido todo el equipo. Cada vez que ha habido elecciones se produjeron nuevas incorporaciones sin que el sindicato se haya resentido. Por lo tanto, mi marcha no tiene por qué afectar, y estoy seguro que no afectará. Hay un equipo fenomenal, heterogéneo y capaz de analizar y debatir los temas y ser disciplinado en su cumplimiento.