El famoso índice hipotecario responde así al mensaje lanzado ayer por Jean Claude Trichet que dejaba entrever que no habrá más subidas a corto plazo afirmando que este último aumento contribuirá a anclar las expectativas de inflación en niveles acordes con la estabilidad de precios.

El euribor dio hoy un respiro y bajó desde la tasa del 5,432% alcanzada ayer, cuando el mercado interbancario dio por descontado que el instituto emisor subiría el precio del dinero para atajar la escalada inflacionista. Se trata del único valor de los cuatro días en que ha habido actividad bancaria en que la tasa diaria se sitúa por debajo de la referencia del 5,4%. En lo que va de julio, la tasa mensual del euribor se encuentra en el 5,416%.

Este índice cerró el mes de junio en el 5,361% y marcó un máximo histórico mensual, al situase 0,113 puntos por encima del nivel más alto de toda su historia, el 5,248% que registró en agosto de 2000.

Este dato, que deberá ser confirmado a mediados de mes por el Banco de España, supuso el cuarto rebote mensual consecutivo, elevó en 0,367 puntos el de mayo y representó un nuevo encarecimiento de las hipotecas que se revisen tanto de manera anual como semestral.

En una hipoteca media de 150.000 euros, con un diferencial medio de 0,50 puntos y un plazo de 25 años, los que tengan que revisar el crédito con el Euríbor de junio verán incrementadas sus cuotas en 76 euros al mes y 915 euros al año.

NO HABRA MAS SUBIDAS, DE MOMENTO

El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, cumplió ayer su amenaza y subió los tipos de interés insistiendo en que la institución adoptará las medidas necesarias para cumplir su mandato de lograr la estabilidad de precios a medio plazo, al tiempo que dejó clara la completa independencia de la institución a las presiones políticas.

No obstante, el presidente de la institución, Jean-Claude Trichet, insinuó que no habrá más subidas a corto plazo al afirmar que el aumento contribuirá a anclar las expectativas de inflación en niveles acordes con la estabilidad de precios y lanzó dos mensajes claros: uno a empresarios y sindicatos para que eviten una espiral precios-salarios perjudicial para crecimiento y empleo, y otro a todos los agentes que intervienen en los mercados del petróleo para pedir que no se establezcan restricciones artificiales a la producción.