El Fondo Monetario Internacional (FMI) dobló ayer su pronóstico de crecimiento para Estados Unidos este año, hasta el 1,1%, tras constatar un desempeño mejor de lo esperado en el primer trimestre. El Fondo mantuvo, sin embargo, su opinión de que el repunte del país tras el actual período de gelidez económica será más lento que en otros episodios similares en el pasado, al contrario que numerosos analistas privados. Para 2009, el organismo pronostica un crecimiento del 0,8%, frente al 0,6% que había augurado en abril. Un cambio más radical ha sufrido su cálculo para este año, que ha elevado al 1,1%, cuando hace tan solo dos meses había estimado en el 0,5%. La razón ha sido un primer trimestre mucho mejor que lo anticipado, con un crecimiento del 0,9%, en términos anuales, en medio de una auténtica tormenta de problemas financieros e inmobiliarios, y la escalada espectacular del crudo. En una rueda de prensa, el estadounidense John Lipsky, el "número dos" del Fondo Monetario Internacional (FMI), destacó en especial los "muy favorables" datos de productividad del primer trimestre. En abril, el Fondo había previsto una recesión suave durante el año en Estados Unidos, que plasmaba en una contracción del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB).