Draka non se pecha", fue la consigna que corearon ayer los trabajadores de Draka Cables Vigo por las calles del centro de Vigo para reclamar la reindustrialización que la empresa, que tiene previsto cerrar las instalaciones a partir del verano. El presidente del comité de empresa, Alberto Míllara, considera que la Xunta les ha dejado "huérfanos" después de haber recibido buenas palabras de la directora xeral de Relacións Laborais, Pilar Cancela, y del director del Igape, Álvaro Álvarez Blázquez.

Los trabajadores partieron en manifestación poco después de las once de la mañana desde la Vía del Norte, acompañados de la alcaldesa de Mos, María Jesús Escudero y de otras concejales del municipio así como del de Vigo pertenecientes al PP, PSOE y BNG. También participaron familiares los secretarios generales de la comarca de Vigo de CIG, CC OO y UGT.

La manifestación terminó ante el edificio de la Xunta en Vigo, donde una representación sindical se entrevistó con el delegado provincial de la Consellería de Traballo, Pedro Borrajo.

Borrajo se comprometió a intervenir directamente en la solución del conflicto y anunció que se pondrá en contacto con Pilar Cancela y Álvarez Blázquez y con la dirección de la empresa para buscar vías de diálogo que solucionen el futuro del centenar de trabajadores que se quedan sin empleo.

El secretario general del Metal de La CIG, Miguel Malvido, advirtió al delegado de Traballo que la empresa tiene previsto presentar en breve un expediente de regulación de empleo y que la autoridad laboral debería tener muy presente la buena situación económica de la empresa, ante la posibilidad de que se acepte una resolución de este tipo.

La multinacional Draka Holding está presente en 30 países de Europa, Norteamérica, Sudamérica, Asía y Australia y sus 68 compañías emplean a más de 9.000 personas. El grupo decidió el cierre de la planta en Mos a consecuencia de la deslocalización de los principales clientes del automóvil al Norte de África y al Este de Europa.