Uno a uno y escoltados por la policía. La factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën ha echado mano del ingenio para esquivar la huelga de camioneros y trasladar parte de su producción de la fábrica a la terminal portuaria de Bouzas. La empresa ordenó ayer a sus propios empleados ponerse al volante de los coches acumulados en el Polígono de Balaídos desde el inicio del paro y llevarlos en caravana hasta Bouzas, donde se embarcarán con destino a más de ochenta países. La presión de los huelguistas, que interrumpieron el suministro de componentes y la salida de los vehículos durante toda la semana, forzó a la factoría a ralentizar el ritmo de producción y a suprimir el turno de noche del martes, con lo que dejó de fabricar unos 2.000 vehículos, que se recuperarán más adelante.

La tercera -y por ahora última jornada de huelga- también afectó al funcionamiento del Puerto de Vigo, tanto a la salida del pescado en O Berbés, como a la terminal de contenedores de Guixar. Pese a esto, empresarios y sindicatos coincidieron ayer en que fue el día con menos incidentes desde el inicio de las movilizaciones, el lunes. Además de en la zona portuaria, hubo presencia de piquetes en los polígonos industriales de Sárdoma, Valadares, A Granxa y As Gándaras, así como en Marín y Cambados.

Ante este despliegue, el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, José Manuel Fernández Alvariño, rogó públicamente a la Subdelegación del Gobierno que "tutele" a los transportistas que no secundan la huelga para "no paralizar la industria" de la provincia. Durante los tres días de huelga, la policía identificó a dieciséis personas -ayer a cuatro- relacionadas con incidentes como el pinchazo de ruedas y el lanzamiento de piedras.

Alvariño afirmó además que Pierre Ianni, director de la factoría de Citroën, le transmitió su "preocupación" por los efectos de las movilizaciones en la producción del centro, así como por la imagen "de conflictividad" que Vigo está transmitiendo hacia el exterior. Fuentes del Grupo PSA explicaron a FARO que la planta está recuperando la normalidad en los flujos de distribución y de suministro, y que lo más grave fueron "las situaciones de violencia contra las personas". La decisión de trasladar los coches uno a uno a Bouzas respondió a que la factoría sólo dispuso durante las tres jornadas de huelga de siete conductores en cada turno para transportar los automóviles, cuando "en un día normal tiene cuarenta", según fuentes sindicales.

Patronal y sindicatos retomarán hoy la negociación del convenio colectivo de la provincia, con el fin de evitar la huelga indefinida convocada a partir del próximo 5 de mayo. Por la mañana lo harán en la delegación de Traballo en presencia de la Inspección de Trabajo, y por la tarde, en la sede de la Confederación de Empresarios. Los sindicatos acuden a la reunión con la vista puesta en el anuncio de la patronal de que iba a poner sobre la mesa una propuesta "irrenunciable". "Aseguran que van a presentarnos una oferta que nos va a sorprender. A ver si es cierto", explica Joel Vázquez, responsable de Transportes de CC OO. En este sentido, fuentes de los empresarios matizaron ayer que pese a lo sorprendente de su oferta, serán necesarias varias reuniones para llegar a un acuerdo.