Puntland o Puntulandia, en español, ancestral tierra donde crece el árbol del incienso, se ha convertido en un territorio de Somalia vinculado a la actividad de los piratas, cuya última acción fue el secuestro del pesquero español "Playa de Bakio".

Situada en uno de los puntos geográficos más estratégicos del Mar Rojo y el Océano Índico, en el Cuerno de África, Puntland no ha sido reconocida por país ni organización internacional alguno, tras la proclamación de su independencia el 24 de julio de 1998, hace dos lustros.

Hasta es fecha era una provincia de Somalia, un país de 637.660 kilómetros cuadrados, que desde el derrocamiento del presidente Siad Barre en 1991, quedó inmerso en enfrentamientos entre "señores de la guerra", que dividieron el territorio en áreas controladas por sus respectivas milicias.

Puntland comprende aproximadamente la antigua provincia de Bari y su capital, Bosaso, está en la costa Norte, a unos 700 kilómetros de Mogadiscio.

En diciembre de 2004 la costa somalí, especialmente la de Puntland sufrió daños serios por el "tsunami" que barrió las costas del Océano Índico que siguió al terremoto de Indonesia.

Se acusó a la comunidad internacional de no hacer caso de Puntland y de otras áreas africanas donde el "tsunami" causó graves daños.

La mayor parte de la zona afectada fueron comunidades de pescadores que perdieron sus barcos, sus útiles y hasta sus chozas.

Antaño conocida por crecer en sus colinas el árbol del incienso, las costas de esa región se han vuelto famosas últimamente actos de piratería.

El último de ellos, el del secuestro ayer del atunero español "Playa de Bakio", con trece tripulantes africanos y otros 13 españoles a bordo.

En un anterior acto de piratería, agentes especializados franceses liberaron el pasado 12 de abril a los 30 miembros de la tripulación del velero de lujo "Ponant", secuestrados desde hacía una semana frente a las costas de Puntland, y lograron capturar a seis de los piratas.

La liberación de los secuestrados, 22 de ellos de nacionalidad francesa, se produjo sin emplear la fuerza después de que el armador del barco pagara un rescate millonario a los piratas, que abandonaron el velero y permitieron la llegada de los agentes galos.

El pasado 1 de enero integrantes del equipo de la sección española de Médicos sin Fronteras (MSF) fueron evacuados de la región central de Somalia por razones de seguridad.

La salida de los profesionales se produjo a raíz del secuestro el 26 de diciembre de 2007 de dos integrantes de MSF, la española doctora española Mercedes García, de 51 años y la enfermera argentina Pilar Bauza, de 26, que fueron capturadas en Puntland.

"Estas dos mujeres estaban ayudando a los jóvenes, a los desplazados y a otras personas vulnerables que vivían entre nosotros, y estaban haciendo un gran trabajo", afirmó entonces el presidente de Puntland, Adde Musse Hersi.

Los captores pertenecían en su mayoría al subclan Warsangeli, del clan Harti, un grupo étnico que fue acusado por las autoridades de Puntland de estar detrás de los secuestros en esta región.

Finalmente fueron liberadas sanas y salvas, y el canciller de Argentina, Jorge Taiana, negó tajantemente que se hubiera pagado un rescate por ellas.

El 16 de diciembre de 2007 fue secuestrado también en Bosaso, la capital de Puntland, el cámara francés Gwen Le Gouil y sus captores pidieron un rescate de unos 100.000 dólares.

El periodista fue puesto en libertad el 24 de diciembre, sin que se confirmara que se abonó el dinero requerido.

Puntland está infestada por piratas marítimos, que el año pasado asaltaron a entre 200 y 300 barcos, sin que hubiera muertos, para robar las mercancías o para secuestrar a viajeros y tripulantes para obtener rescates.

Francia tiene intención de pedir al Consejo de Seguridad de la ONU "una vigilancia internacional regular" en esas aguas, indicó recientemente el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner.