Cinco pescadores gallegos, de un total de 28 españoles obligados a permanecer más de un mes en la isla africana de Santo Tomé por problemas financieros del armador, volvieron ayer a sus hogares vía Oporto tras hacer escala en Lisboa.

Santiago Aguya, patrón del "Maposa X", dijo en el aeropuerto de Portela, momentos antes de salir hacia la ciudad del norte luso, que atravesaron momentos difíciles dada la falta de combustible y de alimentos que sufrieron los últimos días.

"Queremos llegar cuanto antes a Galicia", declaró Aguya que al igual que sus compañeros espera olvidar todo lo acontecido junto a su familia.

Los cinco pescadores gallegos, junto a otros 16 andaluces, llegaron a Lisboa en un vuelo regular que salió el miércoles de Santo Tomé, la antigua colonia portuguesa en la costa occidental de Africa, donde todos tuvieron que permanecer desde el 13 de marzo a la espera de dinero para poder regresar a España.

José Luis Castañeiras, miembro de la tripulación del "Maposa X", dijo desconocer por qué se había llegado a esa situación y aclaró que la tripulación de origen gallego no tiene mucha relación con la empresa propietaria de los barcos, Astipesca.

El pescador señaló que suelen contactar telefónicamente con la firma, localizada en Huelva, y se trasladan allí por carretera antes de partir a tierras africanas para campañas que duran meses.

Castañeiras lamentó que dos compañeros tuvieron que quedarse en la isla africana -por exigencia de las autoridades locales- a cargo de los nueve barcos, abandonados al no disponer la empresa de fondos para que pudieran repostar combustible y volver a España.

Las tripulaciones, en las que había también tres portugueses, tres marroquíes y un natural de Guinea Conakry, hace más de cinco meses que estaban fuera de casa, indicó, y todos estaban ya deseosos de regresar a casa.

Los cinco gallegos son de Pontecesures, en Pontevedra, y Asados, Noia y Pobra do Caramiñal, en A Coruña, mientras que la mayoría de los andaluces son de Lepe e Isla Cristina. Además de Castañeiras y Aguya, los gallegos que llegaron ayer a Lisboa y partieron hacia Oporto son Manuel Fernández, Francisco Insua y Ángel Campos.

En total la treintena de pescadores afectados permanecieron 34 días en la pequeña capital de Santo Tomé y Príncipe, un archipiélago de menos de 200.000 habitantes, a la espera de dinero o medios para su repatriación.

Una decena de esposas de los pescadores que acudieron ayer a Lisboa a recibirles se quejaron de que sólo tras hacer fuerza desde los medios de comunicación consiguieron que el armador pagara los pasajes de regreso.

Algunos de los pescadores dijeron en el aeropuerto que para pagar la noche de hotel anterior a la partida y los gastos de salida, de 60 euros, tuvieron que recurrir a sus últimos ahorros e incluso hacer colectas.

Los pescadores, que vivieron a bordo de las embarcaciones hasta que los víveres se agotaron, tuvieron que dejar los nueve barcos fondeados en la costa de Santo Tomé porque su pequeño puerto no reúne las condiciones necesarias para albergarlos, según explicaron los propios marineros.