Mar de Frades deslumbró al mercado en 1993 cuando lanzó una botella azul totalmente innovadora y con un galeón "mágico" que sólo se percibe si el vino se encuentra entre 10 ó 12 grados centígrados. "Esto lo hicimos porque la gente no consumía el vino a la temperatura adecuada. Se trata simplemente de una tinta termosensible que es visible sólo a esa temperatura", explica Paula Fandiño, la enóloga de Mar de Frades. Esta revolución se debe a Eladio Piñeiro, su anterior dueño -ahora la bodega es propiedad de la firma riojana Diego Zamora-, y llamó tanto la atención que acabó retratada en The Wine Advocate, la prestigiosa publicación estadounidense sobre el mundo del vino. "También el cristal azul supuso una revolución en su momento", asegura Fandiño. La filosofía de esta bodega de O Salnés no es otra que "un producto de máxima calidad bien presentado". "De la misma forma que mimamos la uva también cuidamos la imagen", apunta. El galeón representa la importancia del mar en la comarca.