En su valor semanal, el barril (de 159 litros) usado por la OPEP como referencia y calculado en base a una mezcla de trece calidades de crudo -una por cada país miembro- se moderó ligeramente al cotizar a una media de 97,62 dólares, 62 centavos menos que el promedio de la semana anterior.

Además de un vigoroso consumo energético, el encarecimiento del crudo es atribuido por los analistas a una creciente especulación financiera en los contratos de futuros de materias primas, impulsada por el debilitamiento del dólar estadounidense, y a la política de la OPEP de mantener limitados sus suministros.

"La OPEP no apoya ni el alza ni la bajada de los precios del crudo que es la principal fuente de ingresos de los miembros de la organización (...). El precio debe ser justo", dijo el pasado sábado el secretario general de la OPEP, el libio Abdalla Salem El-Badri.

Durante una visita en Teherán, afirmó que la oferta actual de crudo es "suficiente", e insistió en que la subida de los precios "no es por la escasez (...) de petróleo en el mercado sino por el debilitamiento del dólar y por varias crisis políticas en el mundo".