El concurso de acreedores de Grupo Temple se tramita desde el pasado martes 25 de marzo con el objetivo de "conciliar la tutela legal de sus acreedores con el mantenimiento de su actividad".

El grupo inició hoy gestiones con las entidades de crédito para mantener la continuidad en la financiación de los proyectos inmobiliarios de la compañía, y aseguró en un comunicado que en los próximos días se hará lo mismo con los subcontratistas afectados con el objetivo de que no se interrumpan las obras en curso.

Los administradores de la compañía confían en poder subsanar en un "plazo de meses" la situación generada en las últimas semanas de una "falta de liquidez" que ha llevado "a no poder satisfacer sus pagos a proveedores".

Según indicó la compañía valenciana, la "crisis inmobiliaria y los problemas de liquidez que afectan a las empresas del sector" le han llevado a presentar ante la autoridad judicial "una solicitud de concurso de acreedores que le permita mantener su actividad y entregar dentro de los plazos establecidos las viviendas que ya tiene vendidas".

Del total de promociones en construcción, 500 viviendas disponen de compradores, por lo que Nou Temple ha optado por el concurso voluntario, y no a instancias de sus acreedores, lo que le proporciona "más operatividad en su gestión empresarial para poder cumplir el compromiso que adquirió con estos nuevos propietarios", explicó.

Grupo Temple inició hoy mismo gestiones con las entidades de crédito afectadas "a fin de mantener la continuidad en la financiación de los proyectos" y anunció que en los próximos días se hará lo mismo con los subcontratistas afectados con el objetivo de que "no se interrumpan las obras en curso".

La dirección de Nou Temple subrayó que esta "falta de liquidez no sólo viene determinada por la notoria crisis de ventas que atraviesa el sector inmobiliario, sino también por las adicionales restricciones crediticias de bancos y cajas".