Los comercializadores locales de marisco se están encontrando este año con serias dificultades para colocar en el mercado la almeja fina pequeña o marinera que se produce en los arenales gallegos. La explicación no es otra que la entrada en los grandes mercados nacionales de la producción de otros países, como Turquía, Francia o Túnez.

Es la situación que traslada Miguel Rosales, presidente de la Asociación de Mariscadores "Ría de Vigo", que explica cómo "la producción de esos países invade los grandes mercados, como Barcelona o Madrid y es muy difícil que entre la nuestra y eso unido a que, por la situación económica, los consumidores eligen variedades más asequibles, como la japónica".

Tal situación se acompaña de una notoria caída de precios, que se traduce en el pago del kilo de la almeja fina de tamaño marinero "por debajo de los quince euros, cuando lo habitual para esta especie y tamaño oscilaría entre los 20 y los 30 euros y aún así está habiendo problemas para venderla ", señala Rosales.

En paralelo, la lonja viguesa asiste estos días a una buena comercialización de la almeja fina de mayor tamaño, la que se captura en los bancos de Moaña y que incluye no más de veinte piezas por kilogramo, a precios que rozan los 90 euros por kilo.

Las acusadas bajamares que se registran estos días hacen posible la captura del apreciadísimo bivalvo, algo que se repite cada año en coincidencia con el mismo fenómeno marino. La lonja de Vigo, donde se concentra la comercialización de la producción marisquera de la Ría (ayer, casi 6.600 kilos), no registra, sin embargo, ventas de más de veinte o treinta kilos al día de esta almeja de gran tamaño, según Rosales.

La comercialización de bivalvos está registrando este año otras singularidades en lo que a almeja se refiere y es la menor abundancia de la variedad de "babosa" (a entre 13,37 y 23,42 euros en la subasta de ayer en la lonja viguesa) y la mayor presencia de "japónica" (ayer, de 7,76 a 8,46 euros por kilo).

Otra de las singularidades de la temporada la está constituyendo la zamburiña, de gran producción este año aunque con menores tamaños y poco adecuados para la industria conservera. En consecuencia, los precios son más bajos, según Rosales.

"Este año está siendo bueno para la zamburiña y estamos teniendo complicaciones para vender a las conserveras porque requieren tamaños mayores y la mayor parte va para el consumo en fresco pero con precios que no pasan de los 1,5 euros por kilo, sólo con una subida de hasta los 2 o 3 euros en fin de semana", explica Rosales, que concreta que tales cantidades suponen una reducción de precios de hasta la mitad con respecto a años precedentes, cuando los precios por kilo se situaban entre los 3 y los cinco euros.

Año de poco berberecho

Los arenales gallegos viven este año uno de los "malos ciclos" que periódicamente registran algunas especies, como el berberecho. "No pegó el desove y hay muy poco berberecho", explica Miguel Rosales, que indica que la situación no es exclusiva de la costa viguesa ni gallega sino que también la padecen otras zonas de producción europeas, como Portugal y Francia, aunque "aquí también afectaron los lodos arrastrados al mar por las riadas".

La traducción en el mercado de tal escasez de berberecho en la elevación de precios. Así, la cotización del "croque" fue ayer en la lonja de Vigo de entre 3,37 y 7.02 euros por kilo, cuando, según el presidente de los mariscadores de la ría viguesa, lo habitual serían entre 3 y 4 euros el kilo y "sólo llegarían a los 7 u 8 euros los más grandes".