Hace seis meses que volvían de su marea más agitada y también más funesta, con apresamiento, retención de dos meses e histórica multa incluidos. Son el "Arosa Nueve" y el "Arosa Doce", la única pareja de bacaladeros que este año envía la armadora viguesa Transpesca al caladero noruego para consumir su cuota de 2.300 toneladas de bacalao.

En puerto y con un futuro incierto, que puede traducirse en venta, desguace u otras alternativas comerciales y pesqueras aún por valorar, quedan sus compañeros el "Arosa Catorce" y el "Arosa Quince", este último protagonista también del rigor de la justicia noruega el pasado verano. Con el "retiro" temporal de esta pareja, 54 marineros se han quedado también sin una de las faenas más codiciadas en el sector. "Para esta campaña hemos decidido descartar a los hombres que ya tuvieran trabajo y enrolar sobre todo a los mayores, para que no pierdan derechos para su jubilación", señalaba ayer el gerente, Iván López, en el puente del "Arosa Doce".

La primaveral mañana en Beiramar parecía infundir optimismo a los pocos tripulantes que a media mañana aún no habían iniciado el fin de semana de asueto previo a varios meses de duro trabajo.

Ante la partida hay "incertidumbre", por la "inseguridad en que tenemos que trabajar" aunque se muestran confiados en que todo va a ir bien porque "lo del año pasado fue el primer incidente en muchos años y no tiene que volver a repetirse y desde luego si tuviéramos algún temor, nadie iría, eso seguro".

Es la opinión del "pesca" Jorge Lorenzo, que controla el operativo de partida pero que aguardará para enrolarse a que concluya esta primera marea, en la que se agotarán las 700 toneladas asignadas en la zona exclusiva de No

ruega. Luego, en la segunda, será el momento de poner rumbo a Svalbard para agotar el resto de la cuota."Ya veremos qué pasa y cómo están los noruegos este año; siempre tratamos de hacerlo todo bien pero no estamos libres de un error", concluye.