Sólo nueve días después del apresamiento del bacaladero vigués "Arosa Quince", sobre el que pesa una sanción de casi dos millones de euros, las patrulleras noruegas volvieron a actuar contra la flota gallega que opera en el caladero de las islas Svalbard, en el Mar de Barents, con el apresamiento de la pareja compuesta por el "Arosa Nueve" y el "Arosa Doce". Los tres barcos, que operan desde el puerto de Vigo, son propiedad de la empresa armadora Transpesca SA, aunque la pareja ayer detenida es explotada por Pesquera Ancora, con sede en A Coruña.

Los dos barcos navegan ya rumbo al puerto de Tromsoe, en el noroeste del país, donde también está retenido el "Arosa Quince", escoltados por dos buques de la marina noruega. Se espera que lleguen a puerto a mediodía o primera hora de la tarde de hoy.

Sobre la pareja pesa la acusación de registrar en el libro de capturas una "cantidad de bacalao significativamente menor" a la que habían pescado. Según la declaración del jefe de la guardia costera noruega en la zona norte Steve Olsen, la diferencia entre lo capturado y lo registrado sería de varias toneladas de pescado.

En un comunicado difundido ayer en el diario digital noruego Aftenposten, se aseguraba que los dos bacaladeros apresados fueron objeto de un amplio control de las capturas, después de que la guardia costera tuviera sospechas el pasado jueves durante una inspección de que la carga en las bodegas no se correspondía con la cantidad registrada".

La noticia de estos dos nuevos apresamientos, que se suman a los del "Garoya Segundo" y "Monte Meixueiro" el pasado mes de noviembre y a la de otra pareja vasca, hace año y medio, ha suscitado un enorme revuelo en el sector, que comienza a ver amenazada la presencia española en el caladero, donde en la actualidad, tras el arresto de los tres barcos vigueses, ya sólo faenan cuatro parejas de bacaladeros vascos y gallegos, además de un bou. Otras dos parejas tienen licencia de pesca en vigor, aunque no se encuentran faenando, según el Ministerio de Pesca.

La armadora Transpesca, con las dos parejas afectadas por las acciones de Noruega -sólo el "Arosa Catorce", pareja del "Arosa "Quince", se libró del apresamiento practicado el pasado día 5 a su compañero de faena y navega rumbo al puerto de Vigo- cuenta con licencia para 2.500 toneladas, el 24% de la cuota española.

A falta de un pronunciamiento de la asociación de armadores de buques bacaladeros, al que pertenecen los barcos gallegos, desde la Cooperativa de Armadores de Vigo, el director gerente, José Ramón Fuertes, señaló que "con independencia de las explicaciones de la empresa armadora sobre sus actividades, creo que a Noruega hay que ponerla en su sitio de una vez. No es admisible que el Gobierno español cada vez que haya un apresamiento se limite a repetir que vamos a estudiar la posibilidad de una denuncia al Tribunal de la Haya. Hay que defender los caladeros hasta las últimas consecuencias y acudir a La Haya de inmediato".

Para Fuertes, con esta actitud del gobierno español, "le estamos dejando la iniciativa a Noruega cuando lo que hay que hacer es salirle al paso; si no se le reconoce la potestad para apresar buques en esa zona, hay que defenderlo en los tribunales, con independencia de lo que hayan hecho los barcos".

Por su parte, el presidente de la Asociación de Titulados Náutico-Pesqueros (AETINAPE) José Manuel Muñiz, se manifestó "consternado" por el nuevo apresamiento, al que definió como "un terremoto que puede ser el final de lo poco que ya queda de la flota bacaladera española; es una bomba que hay que desactivar con negociaciones diplomáticas firmes y serias entre España, la UE y Noruega".