La escasez gana terreno

El protagonista de "El diablo sobre ruedas", Dennis Weaver, hubiera tenido ayer un día tranquilo si hubiera conducido por Vigo: ningún camión de gran tonelaje le hubiera podido acosar. La huelga propició el sueño de David Mann, aquel viajante desesperado de la película de Spielberg, pero también provocó la pesadilla de Carpanta, que hubiera tenido difícil llevarse a la boca un pollo asado. El desabastecimiento de productos frescos, en el octavo día de huelga en Galicia, fue más notable en las plazas que en los supermercados.

No hay mal que por bien no venga. Lo que no consiguió el "Día sin coches" lo logró la huelga: tráfico fluido en puntos conflictivos como la Avenida de Madrid o la Antonio Palacios, debido a la ausencia casi total de grandes remolques. Sólo circularon sin escolta furgonetas, cisternas con destino a las gasolineras y los repartidores de butano.

En la distribuidora de gasóleo Codisoil explicaban que el sábado realizaron más distribuciones en previsión de la jornada de huelga, y que aunque hoy retrasaron algunos envíos, trabajaron sin problemas. En los polígonos de A Granxa, As Gándaras y Camiño do Caramuxo sólo se veían camiones estacionados.

Los mercados tradicionales estaban, en general, más desabastecidos que los supermercados. El mercado de As Travesas presentaba un aspecto desolador, con los mostradores de pescado vacíos. Aunque algunos de estos puestos cierran los lunes, la escasez era patente. "El 60 por ciento de la clientela acude al mercado a comprar pescado, esto nos está perjudicando mucho", lamentaba Manuel Rey, que regenta una carnicería. Según Modesta Fernández, que atiende un puesto de productos del mar en el mercado de Bouzas, la carestía es mayor en las especies de bajura que en los "grandes peces".

Otros sectores afectados fueron los del transporte urgente y la construcción. Las obras de humanización del entorno de la Praza de Compostela se paralizaron por falta de materiales.

Por cierto: el actor Dennis Weaver es hoy un ecologista que lucha contra nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Tal vez la fobia a los camiones guarde algún vínculo con el problema de las gasolinas...