La Comisión Europea (CE) no concederá más licencias de importación a las blusas procedentes de China después de que se haya superado la cuota para 2005 pactada el pasado mes de junio entre Bruselas y Pekín.

El bloqueo a las blusas chinas se suma así al de jerseys y pantalones y agrava la crisis provocada por la reintroducción de cuotas, que enfrenta a los países con industria textil (como Francia, Italia o España, que son partidarios de las restricciones) con aquellos donde predomina la importación y los grandes distribuidores (como Reino Unido, Alemania o Suecia, que piden su eliminación).

China estaba autorizada a importar a la UE un total de 24 millones de blusas entre el 11 de junio y el 31 de diciembre, lo cual situaría la cuota total para este producto en 2005 en 73 millones de unidades, un límite que ya ha sido superado según la base de datos de importaciones de la Comisión. Pero la situación corre el riesgo de complicarse todavía aún más en las próximas horas porque la cuota para sujetadores ya ha sido utilizada al 98,4%, y la de camisetas al 98,1%.

Mientras tanto, en los puertos de la UE se amontonan los pedidos de jerseys y pantalones que superan las cuotas y que fueron encargados antes de que se decretara el cierre de fronteras. La patronal europea de los distribuidores ha denunciado que las colecciones de otoño-invierno de algunos almacenes están en peligro y que las estanterías de las tiendas podrían quedarse vacías.

Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Finlandia han advertido de que las cuotas a la importación de textiles chinos destruirán puestos de trabajo, provocarán fuertes pérdidas económicas y llevarán a la bancarrota a muchas empresas de la Unión Europea.