Nos vamos de boda, fiesta mexicana con rancheras, alfombra floral, el chiringuito, el vals, la Feria de Abril, fiestas cubanas, desfiles de moda, "olimpiadas" en el centro residencial, cabaret, el cuplé, la copla, el chotis, fiesta de los años 60, Os Maios, Navidad, gala de Fin de Año, San Juan, Letras Galegas, Carnaval, Entierro de la Sardina, la bienvenida a la Primavera y la poesía, la tuna, la Festa Mariñeira (Virxe do Carmen)€ ¡Fiesta!

Según el sociólogo Gil Calvo (1991), los seres humanos hacemos fiestas porque gracias a ello, nos sentimos mejor y llegamos a ser mejores. Así, utilizar la fiesta como recurso terapéutico con personas que padecen la enfermedad de Alzheimer implica tanto el trabajo de capacidades cognitivas, físicas y funcionales, como la estimulación afectiva.

A lo largo de todo el proceso, se refuerza la orientación espacio temporal y personal, trabajando las fiestas propias de la estación o de la época del año, al igual que en los cumpleaños, en los que se trabaja el hecho de cumplir años y se realiza un reconocimiento del valor de los mismos.

Las personas mayores son las que recuerdan como se realizaban estas fiestas, las tradiciones y costumbres típicas de las mismas, como las vivían, como las preparaban€. estimulando así tanto la memoria a corto como a largo plazo.

Pero no todo es trabajo de la mente, también el cuerpo de la persona mayor tiene un papel fundamental en la preparación y desarrollo de una fiesta. Desde el planteamiento de la celebración, en la preparación de los decorados, por ejemplo; entran en juego capacidades como la coordinación manual, coordinación óculo-manual, lateralidad, fuerza, resistencia, pinzas, presas€ Y, como caldo de cultivo ideal para la esfera física y funcional, destacan los momentos del atrezzo, el vestido para la ocasión, donde se consigue una colaboración activa que, quizá, en otras circunstancias resulta impensable y, sobre todo, del baile: la música vehiculiza los movimientos del cuerpo mejor que muchas otras técnicas, creando el marco perfecto para el refuerzo de los esquemas corporal y espacial.

Para las personas mayores, es muy importante encontrar un espacio en el que sentirse útiles y en el que su trabajo y sus aportaciones se vean reconocidas, por lo que ayudar a preparar las fiestas y después ver el resultado de su trabajo el día de la celebración, las convierte en una actividad propositiva y significativa, una forma muy útil de incrementar su autoestima y autoconcepto a través de la estimulación afectiva.

En este tipo de actividad, se crea un espacio de interacción entre las personas usuarias y familiares, un espacio de colaboración en el que se trabajan las relaciones y las habilidades sociales, tan importantes para poder convivir en un centro residencial.

Al mismo tiempo, se proporciona un espacio de ocio en el que pasar el tiempo libre con una ocupación a la que le ven una finalidad y utilidad, que actúa como refuerzo positivo porque, sobre todo, es de su interés y les es agradable.

La actividad de la fiesta no es un acto de carácter puntual y cerrado, sino que engloba una serie de fases y técnicas, en las que trabaja todo el equipo interdisciplinar, formado por: médicos, enfermeras, psicólogas, trabajadoras sociales, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, educadoras sociales, animadoras socioculturales, logopeda y musicotera- peuta.

En primer lugar, se trabajan la orientación a la realidad y la reminiscencia a través del planteamiento y presentación de la fiesta. Es en esta primera fase el momento en el que se recopila información, procedente también de las personas usuarias, que posteriormente se desarrolla con ellos a través del momento temático.

Ya con una idea clara de la temática de la fiesta, es el momento de ponerse "manos a la obra" en los talleres de Laborterapia donde se realizan todo tipo de trabajos manuales dirigidos a la elaboración de decorados, vestuario, ambientación, complementos€Se incluyen también en esta fase, los ensayos previos al gran día, en los que los residentes trabajan los diferentes roles que van a interpretar durante la fiesta (musicoterapia, dramaterapia€).

"Y llegó el gran día€". Después de dos o tres semanas de intenso trabajo y tras haber montado decorados, ambientación, vestuario, complementos€ es el momento de la puesta en escena rodeados de compañeros, familiares, amigos€

Durante el desarrollo de las distintas fases, tanto las personas usuarias y familiares como personal participan de una forma activa en los talleres de carácter abierto, ayudando, así, a fomentar y mantener vínculos socio-familiares.

El disfrutar de una fiesta nada tiene que ver con los años o los achaques: incluso aquellos residentes con un alzhéimer más avanzado se benefician de esta actividad, consiguiéndose mejores resultados y sensaciones más placenteras que en cualquier otro tipo de actividad. Por ejemplo, con la utilización de la música se consigue llegar a personas que se encuentran más apáticas, retraídas o aisladas socialmente como consecuencia de la pérdida de muchas de sus capacidades. Mientras suena, su expresión facial, su interacción con el medio o su estado emocional van cambiando de forma positiva a medida que van evocando recuerdos, sensaciones, emociones