Cortan 600 olivos plantados hace cinco años en dos fincas del Pazo de Cascaxide
Los propietarios denuncian ante la Guardia Civil un delito de daños, pero creen que también debe investigarse como infracción ecológica | Dicen saber quién encargó la acción: «Si alguien vio algo, por favor, que nos informe»

Los olivos presentan evidencias de haber sido cortados a pocos palmos del suelo. / Bernabé/Javier Lalín

Unos 600 olivos fueron cortados en algún momento del pasado fin de semana en dos parcelas del Pazo de Cascaxide, en la parroquia silledense de Escuadro. «Talaron todos los olivos de dos fincas», se lamenta Antonio Sacristán, marido de la propietaria, Lucía Espinosa. Los habían plantado hace cinco años con la finalidad de producir aceite, un proyecto que quieren mantener vivo, ya que cuentan con más olivos en otras parcelas e intentarán injertar los dañados.

Detalle en el que se aprecia el corte del tallo a pocos palmos del suelo. / Bernabé/Javier Lalín
El destrozo lo descubrió el trabajador del pazo el lunes hacia las 9:30 horas, por lo que entiende que se produjo entre el viernes 31 de octubre y la madrugada del propio 3 de noviembre. Así lo manifiesta en la denuncia que el mismo lunes a mediodía interpuso en el cuartel de la Guardia Civil de Silleda. En el documento figura la comisión de un «delito de daños» como infracción penal. El empleado hace constar que desconoce la autoría de los hechos y, en este sentido, niega haber tenido problemas con algún vecino por la plantación.

Hileras de plantas cortadas y tiradas sobre el pasto. / Bernabé/Javier Lalín
En cambio, los dueños sí afirman saber quién encargó la actuación delictiva e intentarán probarlo judicialmente. En todo caso, hacen un llamamiento a la colaboración ciudadana: «Si alguien vio algo, por favor, que nos informe», reclama Antonio Sacristán. El hecho de que los olivos fuesen cortados por la mitad deja clara la intención de ocasionar el mayor daño posible. Por otro lado, Espinosa y Sacristán estarían «encantados» de recibir ayuda para intentar injertar los ejemplares destrozados.
Al margen de los daños ocasionados, la propiedad considera que puede existir un «delito ecológico» y pide que se investigue también en ese sentido. La finca forma parte de la masa forestal del bosque de Cascaxide, una superficie arbolada con solución de continuidad, por lo que entiende que se produce un importante perjuicio para el medio ambiente.
Además, se plantean denunciar que concurre también una infracción administrativa con respecto a lo regulado en la Lei de Montes de Galicia. Expertos consultados por esta Redacción indican que, puesto que el cultivo contaba con autorización administrativa de la Xunta en cuanto aprovechamiento forestal, cabe aplicar lo previsto en el apartado de infracciones legales: «constituyen infracciones administrativas la corta, quema, arranque o inutilización de ejemplares arbóreos o arbustivos de especies forestais, salvo casos excepcionales autorizados singularmente».
Polémicas talas en el bosque en 2008 y 2010
El bosque de Cascaxide se hizo tristemente célebre en enero de 2008, a raíz de la tala de un millar de pinos y un centenar de robles. Meses después, la oenegé Bosques sin Fronteras lo nombró en 2008 bosque del año en la categoría de espacio amenazado, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y la empresa Bosques Naturales. Aquella acción fue tramitada por la usufructuaria y madre de Lucía, pese a la absoluta oposición de esta, que heredó la propiedad de su padre en 1985 y cuya intención ha sido siempre la de proteger el espacio natural.
Espinosa paralizó en parte la tala de 2008 –permitida por silencio administrativo durante el bipartito autonómico–, pero no pudo evitar la que en 2010 encargó la usufructuaria a una maderera, y autorizada por la Xunta, que afectó al 90% de las siete hectáreas que ocupa el bosque. «Lo han destrozado», lamentaba en 2014, después del fallecimiento de su madre: «Talaron «árboles centenarios».
Tampoco prosperó la creación de una figura de protección para este bosque, apoyada por el Concello de Silleda durante el primer mandato del PSOE: Ni como Espacio Privado de Interés Natural (Epin), primero, ni como Espacio Natural de Interés Local (Enil), después, tras la moción de censura. Pero conservarlo era y es el anhelo de Lucía.
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