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El innovador tanque de ideas creativas de Deza

Un coworking es un espacio de trabajo compartido que fomenta la colaboración, la sinergia y la conexión entre profesionales de diferentes sectores. Lalín cuenta en el número 4 de la Rúa da Ponte desde 2019 con uno bajo el nombre de Coworking Deza.

Daniel González (con barba) rodeado de usuarios en la sede de Coworking Deza. |  Bernabé/Javier Lalín

Daniel González (con barba) rodeado de usuarios en la sede de Coworking Deza. | Bernabé/Javier Lalín

Lalín

«Nuestro objetivo es crear un entorno que te permita centrarte en lo importante, completar tus tareas y generar sinergias que te ayuden a mejorar como profesional» es el lema que reza en las redes sociales de Coworking Deza, que cumple seis años abierto a los profesionales de Lalín y el resto de la comarca que necesiten donde poder desarrollar su actividad profesional de manera confortable.

El lalinense Daniel González González es el gerente de un lugar que «de momento cubre con las necesidades. De hecho, las estancias nunca están llenas. Ahora tenemos un par de plazas libres». Internet de alta velocidad, área de descanso, servicio de impresión, café y agua gratis, espacio privado para reuniones y acceso las 24 horas es la oferta mediante planes de estancia de un día suelto, media jornada, jornada completa u oficina privada para el usuario. «En régimen permanente, que vienen todos los días, hay siete personas. Luego tenemos tres más que vienen de forma recurrente, de vez en cuando porque no son de Lalín y están un día una semana y luego pasadas tres semanas vuelven otra vez. Son clientes recurrentes pero no permanentes», explica el gerente. Prácticamente todos son de la comarca menos una persona que es comercial y «que acude de manera recurrente y lo que hace es aprovechar nuestro espacio cuando le toca estar en la comarca dezana» añade el González.

Formato remoto

El perfil del usuario habitual de Coworking Deza se aleja por ahora del prototipo del joven empresario. Daniel González explica al respecto que «no todos son emprendedores. Hay gente que trabaja por cuenta ajena pero que lo hace en formato remoto desde nuestras instalaciones. Es gente que prefiere trabajar desde aquí que hacerlo desde su casa. Quiero decir que no es que todo sean proyectos de emprendimiento lo que tenemos en estos momentos».

Al final, básicamente lo que buscan estos trabajadores es el espacio. «Además, tenemos puntuales comodidades como salas de reuniones privadas cuando lo necesitan, servicio de cocina porque hay gente que aprovecha y come aquí, y café y agua incluidos ya en el precio. No es que estemos dirigidos a apoyar el emprendimiento, es más una cesión del espacio aunque en algunos casos aprovecho y les echo una mano basándome en mi propia experiencia personal» asegura el directivo.

Daniel González recuerda que «somos el coworking estándar que hay en otros sitios. Es verdad que aquí en Lalín no funciona mucho y tardó en arrancar. De todas formas, pienso que cada vez más habrá espacios así, a medida que hay gente que trabaja por cuenta ajena en formato remoto para empresas de fuera y que en lugar de teletrabajar desde su domicilio prefieren venir para aquí y separar un poco los dos ambientes».

La media de edad de los que están ahora trabajando desde el número 4 de la Rúa da Ponte entreplanta derecha estaría en torno la treintena, «diría que de 40 años para abajo», afirma González. Insiste en que de momento no está previsto ampliar las instalaciones «porque no hemos llenado nunca. Date cuenta de que coworking como tal hay uno en el Vivero de Empresas de Lalín, en el polígono, pero que yo conozca no hay nada más. Así que, por ahora estamos bien con el espacio del que disponemos», concluye el gerente.

Sinergias en un local «cómodo y bien ubicado»

Noelia Cortizo es una joven lalinense que ha encontrado en Coworking Deza el lugar idóneo para poner en marcha distintas iniciativas. «Llevo varios años teletrabajando y, cuando decidí empezar mi proyecto, ya consideraba alquilar un espacio. Empecé trabajando desde casa, pero ahora tengo una becaria, así que necesitaba un lugar donde pudiera estar con ella para darle clases y tener reuniones», explica. A partir de ahí, inició una búsqueda que finalmente la llevó hasta la Rúa da Ponte. «Busqué opciones y la primera que vi fue un espacio de coworking, del que había oído hablar, pero pensaba que no funcionaría», asegura. Para ella, el lugar en el que trabaja desde hace un mes «es un espacio con todos los servicios, que me permite trabajar al lado de la chica, tiene buena conexión a internet, salas de reuniones, es cómodo y está bien ubicado». Además, valora positivamente el hecho de que «se pueden crear sinergias entre las personas que están aquí, nos apoyamos mutuamente en lo que hacemos y compartimos ideas». Por todo ello, afirma estar contenta con la decisión de trabajar desde Coworking Deza, «porque ya estaba un poco agotada del teletrabajo, además de que no supone un gran gasto, la verdad. E incluso si la becaria que tengo conmigo termina sus prácticas, probablemente me quede aquí un tiempo», vaticina Cortizo.

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