La agricultura y la construcción recortan su mano de obra desde la crisis de 2008
El sector primario tampoco logra aumentar el peso de las industrias de transformación alimentaria | El comercio, el transporte y la hostelería siguen como líderes en ocupación laboral, al remunerar a tres de cada diez cotizantes

Una construcción sin rematar en la rúa 56 de A Estrada. / BERNABE/JAVIER LALIN

Un paseo por O Regueiriño o la rúa Areal, en Lalín, permite ver aún las consecuencias de la crisis del ladrillo desatada hace casi 20 años, con estructuras de edificios inacabadas y sin grúas que anuncien nuevas edificaciones, salvo las que ejecuta o pondrá en marcha la Xunta. Pese a la actual demanda de vivienda, la construcción no es, y nunca lo fue , la rama de actividad con mayor población ocupada en las comarcas –ese primer puesto lleva los apellidos del comercio, el transporte y la hostelería–, pero desde 2008 ha perdido peso hasta tal punto que la albañilería y otros trabajos vinculados, como la fontanería, la pintura o la calefacción, acumulan encargos durante meses por una cada vez mayor carencia de mano de obra.
Según el IGE en 2023, el año más actual que permite consultar, la construcción abarca entre el 5,3% de la población ocupada de Dozón y Rodeiro y el 11,5 que marca Forcarei o el 10,1 de A Estrada. Lalín se queda cerca, en el 9,8. Pero en 2011, aún con los coletazos de la crisis del sector, los porcentajes eran más altos: del 6,5 en Dozón, del 12,9 en A Estrada y del 12,5 en Forcarei. Lalín, por entonces, contaba con un 11,4% de sus trabajadores en este sector.
Y del mismo modo que la falta de vivienda y las ofertas de empleo no provocan un aumento notable de trabajadores en la construcción, el consumo diario de alimentos no ha llevado a la agroganadería a convertirse en el pilar económico del interior de la provincia. Sí, es la actividad principal de muchas familias, pero la falta de relevo generacional o la demora de las concentraciones parcelarias explican que la agricultura dé trabajo solo al 4% de la población ocupada de A Estrada, que en Lalín sube al 11 y en Silleda al 16. En Dozón y Rodeiro la ocupación es mucho mayor, del 42 y del 41%, respectivamente.
Hablemos de otra crisis, la del coronavirus, que trajo consigo un éxodo al rural para poder sobrellevar el confinamiento. En vista de las cifras del IGE, la agroganadería no ganó nuevos adeptos tras el regreso a la aldea: en 2021 ocupaba al 4,9% de la población activa de A Estrada (en 2011 era del 8) y al 11,7 de Lalín (14,3). Silleda tenía un porcentaje del 18% trabajando en el campo (21,9 una década atrás), mientras que Dozón y Rodeiro marcaban proporciones del 40,3 (44,4) y 41,8 (46,4).
El sector primario en Deza y Tabeirós-Montes adolece de otra cuestión: una industria agroalimentaria potente. A día de hoy, Rodeiro es el único que en esta rama de actividad concentra al 10% de su población ocupada. En Lalín el porcentaje es de un modesto 4,9 y A Estrada cierra la lista con un 3. Eso sí, tanto Rodeiro como Lalín muestran un crecimiento progresivo del empleo en la industria de transformación, puesto que en 2011 sus porcentajes eran del 6,9 en Camba y del 3,7 en Lalín. En 2021, tras el confinamiento, Rodeiro ya había llegado al 9,7 y Lalín marcaba un 5%.
El empleo público gana protagonismo
Mientras la construcción y la agroganadería pierden fuelle, el trabajo en la administración pública y actividades del sector terciario ocupan entre el 20 y el 30% de personas con un empleo remunerado, ya sea por cuenta propia o ajena. En seis de los ocho municipios, la rama del comercio, el transporte y la hostelería ya era en 2011 el principal nicho de contratos laborales, y continúa siéndolo en la actualidad. En 2023, trabaja una de estas áreas en torno al 30% de la población ocupada tanto de Silleda como de Vila de Cruces y A Estrada, mientras en Lalín roza el 29%. Las cifras más bajas se encuentran en Dozón y Rodeiro, donde se impone la agricultura: el primero ocupa en comercio, transporte y hostelería al 20,6% de sus autónomos y contratados, y Rodeiro, al 19,3. En 2011, la horquilla estaba entre el 18% de Rodeiro y el 31,2% de A Estrada.
Donde sí es más palpable un aumento de empleados es en el trabajo como funcionario de la administración pública, de la enseñanza o de la sanidad. Entre 2011 y 2023 los porcentajes suben hasta cinco puntos en Silleda (que marca ahora un 21,3%), o Lalín (un 22,2). La diferencia es aún mayor en Agolada: tras la crisis de la construcción, el 14,8% de su población había superado una oposición y trabajaba para la administración, y en 2023, la relación es ya del 21,6%. En A Estrada se pasó en 12 años del 21 al 27,2%.
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