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Reedificación de Santa María de Donramiro (siglos XVIII y XIX)

Con este trabajo queremos mostrar una breve relación de algunas obras efectuadas en la iglesia de Santa María de Donramiro por maestros carpinteros, canteros y herreros, vecinos de la propia parroquia, que se efectuaron a finales del siglo XVIII y principios del XIX, en que la actividad de reedificación fue muy intensa.

Antonio Vidal Neira

Lalín

La iglesia de Santa María de Donramiro fue reconstruida a finales del siglo XVIII y principios del XIX, rehaciéndose los muros y las capillas colaterales, siguiendo el modelo arquitectónico barroco, con un suntuoso retablo del mismo estilo. De la iglesia primitiva de traza románica solo queda la interesante fachada, con su campanario. Por lo tanto, no debe catalogarse como románica, sino como barroca, con restos románicos pertenecientes a la primitiva iglesia del siglo XII.

La primera noticia documental que hace referencia a la iglesia de Donramiro fue recogida por Ventura Cañizares del Rey, párroco de Lalín desde 1905 a 1914, del libro de Pergaminos Episcopales de Lugo, que actualmente se encuentra en el Archivo Histórico Nacional, donde se habla de «una donación del templo de Santa María de Domno Ranemiri in terra Decie, hecha por Juan Díaz y su mujer María Luci, a la iglesia de Lugo, el 16 de enero de 1119». Esta noticia nos hace pensar que la iglesia de Domno Ranemiri ya existía desde épocas anteriores a la fecha anteriormente citada.

Desde esta fecha hasta el 1767 no hemos encontrado ninguna referencia informativa de la iglesia de Donramiro, por no existir el libro de fábrica. Estos eran libros de contabilidad que las parroquias utilizaban para registrar los ingresos y gastos de la fábrica de la iglesia, es decir, los fondos destinados al mantenimiento y servicios del templo. Son documentos históricos valiosos que detallan la gestión económica de la iglesia y los asuntos parroquiales, como reformas, compras y los mandatos derivados de las visitas pastorales.

Por las informaciones recogidas en el Libro de Fábrica de la Iglesia de Donramiro (1767-1894), depositado en el Archivo Diocesano del obispado de Lugo y en un escrito notarial, existente en el Archivo Historia de Pontevedra, a partir del año 1787 comienza la reedificación de parte de la fábrica de la iglesia, siendo párroco Juan Josef Mosquera (natural de la parroquia y coto de San Pedro de Carmuega, del que eran dueños sus padres). Con anterioridad a esta fecha probablemente se pudo construir la capilla mayor, con su bello retablo barroco. No hemos encontrado ningún documento que se refiera a dicha construcción.

Reedificación de Santa MAría de Donramiro (siglos XVIII y XIX)

Capilla mayor de la iglesia. / A. V. N.

La primera referencia sobre la reedificación del templo se encuentra en el Archivo Histórico de Pontevedra, en un documento de fecha 9 de noviembre de 1787, que dice que en la feligresía de Santa María de Donramiro, ante Fernando González Taboada escribano de número y los testigos Benito de Carballude, Juan de Otero, vecinos de dicha feligresía y Tomás Blanco, de Santiago de Sello, comparecieron Juan Josef Mosquera, cura párroco de dicha feligresía y el constructor Francisco Pájaro, de la misma parroquia, que acepta las condiciones y la cantidad de tres mil reales por cuya cantidad se obligaba fabricar la pared del lado de la epístola de la iglesia parroquial, que implicaba: la construcción de una capilla, la colocación de uno de los nichos que había dentro de la misma iglesia, la fabricación de una alacena para que sirviera de confesionario y una escalera para la tribuna, todo ello en la misma pared, juntamente con la fijación y hechura de dos canzorros para asentar los brazos de la tribuna, con las condiciones siguientes:

La primera, que se tenía que fabricar dicha obra por la parte de afuera de la Iglesia de sillería real y por la de dentro de mampostería. La segunda, que pegado a la capilla mayor han de hacer los maestros en quien se remate, otra capilla colateral, toda ella de cantería, con su bóveda de medio cañón, proporcionándola en su tamaño a dicha capilla mayor y que ha de salir fuera del centro de la pared de la iglesia ocho cuartas medidas por fuera, principiando la medición desde la citada pared, con tres tragaluces. La tercera, que hay que colocar uno de los nichos de la otra banda y su pared antigua en el medio de ella por la parte de adentro y fabricar pegado a él una alacena con destino para confesionario. La cuarta, que en la nueva pared ha de construirse una escalera para la tribuna de dicha iglesia. La quinta, que en el alto y medio de dicha pared ha de hacerse un tragaluz. La sesta, que toda la pared se ha de acabar y rematar con cornisa que tenga correspondencia con la capilla mayor y sin diferencia de ella. La séptima, que principiada la obra ha de continuarse sin intermisión hasta su conclusión, y que se aprovechen todas las piedras y materiales de la pared antigua sin ningún coste. Y la octava, que dicha obra ha de hacerse a satisfacción y reconocimiento de maestros, con la cal correspondiente y trabajada según arte. Esta pared ha llegado a la actualidad tal como está descrita anteriormente. También se construye la pared y capilla colateral del Evangelio, probablemente por Francisco Pájaro.

Maestros

El Libro de Fábrica de la iglesia de Donramiro contiene la relación de las obras realizadas en el templo, desde 1767 a 1894, en que la actividad constructiva en una parte de la iglesia fue intensa, siendo cura Juan Josef Mosquera. En el año 1789 en la iglesia se realizaron las siguientes obras: la sacristía, hechura de ornamentos, fábrica de paredes y capillas colaterales con su techo, teja, vidieras y más: Se reteja la iglesia, se arranca y trasporta la piedra para hacer las paredes; se hace la ventana de salida para el campanario; se ponen las saetas para el altar mayor con sus marcos y pintura; se compra la madera, herrajes para fabricar y asentar las puertas de la entrada principal; se pintan las tres puertas, la ventana y maderas de las campanas; la madera y hechura del cepo de la campana mayor. Por haberse roto la campana pequeña que estaba a la derecha del campanario, se mandó fundir de nuevo, al campanero Juan Antonio de la Vega, vecino del lugar de Orazo, feligresía de Loimil. 

Siguiendo el libro de fábrica, en 1793 se acuerda enlosar lo que faltaba en la zona de entre las capillas colaterales; reparar las faltas que había de losas en la nave y hacer de nuevo los pasos y gradas de piedra en el medio de la iglesia y en las capillas colaterales e igualar y nivelar su pavimento. Estas obras fueron realizadas por el maestro cantero, vecino de Donramiro, Antonio González ayudado por Luis de Botos y Roque Fernández, oficiales de cantería. Este mismo año el maestro escultor Joseph González fabrica dos mesas de altar para los retablos colaterales y sus tarimas. Se encarga a Antonio Varela, maestro carpintero, fabricar un arca larga de tres cerraduras para la sacristía, para depositar la cera, algunos ornamentos y alhajas.

En los años 1795 y 1799 se encarga a Antonio de Marco, maestro platero componer y limpiar la cruz procesional y la composición y limpieza de dos lámparas, dos arañas, doce candelabros, un crucifijo y un cáliz. Se encarga a Josef de Novoa, maestro platero, vecino de la ciudad de Santiago, el material, hechura y dorado del viril nuevo, que fue traído por Pedro García a Donramiro desde Santiago. Se encarga a Josef González Blanco, maestro escultor, que compre la madera para hacer el retablo de la capilla colateral de Nuestra Señora de los Milagros, situada en el lado de epístola (derecho mirando al altar); ocupó 69 días de trabajo en la fabricación del retablo, ayudado por Antonio Varela y Cristóbal López. El retablo fue pintado por el maestro Francisco Gallardo Gobián, de «acreditada pericia en el arte de la pintura», percibiendo por su trabajo 1.730 reales, en el que se incluye, la pintura de dos andas, las varas del palio con su astil y las sacras del mismo altar. También se le encarga pintar el retablo del Monumento en la capilla colateral del lado del evangelio (el izquierdo entrando), en el que se veneraba la imagen del Niño Jesús.

Se compra una partida de tablas para hacer la mesa y el ropero de la sacristía de que estaba falta. Se encarga retejar la iglesia a Benito González. Se compran dos vigas y un pasamos para la estructura que se va construir en la sacristía; 17 pontones para el piso y la escalera y una remesa de tablas para el piso y techo; obra realizada por el maestro carpintero Manuel Taboada. Se encarga un cáliz a Josef de Lis y Ortazui, maestro platero de la ciudad de Lugo. Hacia 1810 el maestro Antonio Varela y su oficial Nicolás Iglesias fabrican de nuevo la mesa de altar con su frontal para «colocar en él con destreza el Monumento».

A José González, escultor, retablista e imaginero, vecino de Donramiro, se le encarga la hechura, pintura y peluca de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de los Milagros y Rosario, en la actualidad, en paradero desconocido. Consta que percibió por su hechura 320 reales; por pintar la cara, manos y Niño, 80 reales; por la peluca, 40 reales; en total 440 reales. Para vestir la imagen, se encargó al Convento de la Enseñanza de Santiago,   4 varas de espolete, 2 varas de galón de oro falso, 5 varas y media de raso azul para el manto, 7 varas y media de puntilla de oro falso para dicho manto, más el forro de raso encarnado para el Niño con su galón de plata. Todo ello costó 796 reales y 28 maravedís. Por la corona de plata y tres potencias para el Niño y la Virgen, pasada al contraste y con el nombre de esta parroquia, 218 reales. Para encargar, comprar y traer todo lo dicho de Santiago se gastaron 80 reales.

La Virgen de los Milagros estaba colocada en un camarín, en la capilla colateral de la epístola con cuatro mecheros de metal. Un bastidor de madera con cristal que hacía de puerta, que se podía subir y bajar mediante una roldana de hierro y otros herrajes con su correspondiente cuerda. Para mayor seguridad la puerta del camarín disponía de cerradura.

Las capillas y altares colaterales de la iglesia de Donramiro se cerraban con rejas de madera con sus respectivas cerraduras. La situada en el lado del Evangelio (izquierda) se denominaba capilla del Monumento, donde se veneraba la imagen del Niño Jesús, obra del escultor de esta parroquia Joseph González. El Niño Jesús preside actualmente el altar mayor de la iglesia de Donramiro.

A modo de conclusión es importante destacar que las obras de reedificación y acondicionamiento de la iglesia de Donramiro fueron realizadas por maestros canteros, carpinteros, pintores y hereros que en su mayoría eran vecinos de dicha feligresía, desconocidos y sería muy importante estudiar sus vidas y trayectoria profesional. Quedan muchísimos datos sobre la iglesia de Santa María de Donramiro en los archivos, que con el tiempo iremos investigando y sacando a la luz.

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