El pino acapara el 57% de la madera que se corta en los montes del distrito
Desde 2018 crece la producción de variedades idóneas para muebles y estructuras | El año pasado fue la primera vez que se retiraron troncos quemados en áreas de gestión pública

Una tala de pinos en un monte de A Bandeira. | Bernabé/Javier Lalín

Por el momento, la zona centro de Galicia se libra de la vorágine de plantaciones de eucalipto, una especie frondosa que desde hace décadas invade el norte de la comunidad en aras de su rápido crecimiento y de su demanda para elaborar celulosa, papel o materiales terapéuticos. Pero en el distrito forestal 16 predomina el pino, una conífera que también es pirófita, como el eucalipto. Una planta pirófita o pirófila se beneficia del fuego y ayuda a extender los incendios: el eucalipto tiene corteza y aceites muy inflamables, mientras que las llamas favorecen la apertura y dispersión de las semillas de las piñas para que estas renazcan entre las cenizas.
Una plantación de pinos precisa en torno a 30 años para la corta, frente a los entre 35 de un terreno con castaños o los casi 60 para un robledal. Es una de las razones de su protagonismo en los montes privados de los concellos de Deza, Tabeirós-Montes y Cerdedo. La otra es su demanda para distintas actividades, según la variedad. En conjunto, en 2024 se extrajeron de los montes de la zona 216.144 metros cúbicos (m3) de los distintos tipos de pino. La cifra es el 57,3% de los 376.823 metros cúbicos totales de madera, entre pino, eucalipto, otras coníferas y otras frondosas. En 2018, la cifra más antigua que permite consultar el IGE, la proporción era similar, de un 56,9 %, al vender 165.963 m³ de pino sobre un total de 291.335.
La variedad más extendida en esta conífera es el Pinus pinaster o pino resinero, procedente del Oeste de la región mediterránea y muy empleada en, por ejemplo, mobiliario juvenil y tarimas, jardines y parques infantiles , o incluso pasarelas de playa. El año pasado, se cortaron en montes del distrito 177.859 metros cúbicos. La cifra más alta corresponde al año 2022, con más de 224.000.
Las plantaciones ya son más modestas en las otras dos variedades, Pinus radiata y Pinus silvestrys. El pino radiata o insigne es originario de la costa de California y crece rápido (puede estar listo para cortar en 18 años), de ahí que sea una madera competitiva a la hora de fabricar puertas, ventanas, molduras o incluso apta para encofrar. En el distrito el año pasado se declaró un aprovechamiento de 38.183 metros cúbicos, que puede parecer una nimiedad frente al volumen del pino resinero pero que, si nos remontamos a 2018, producía bastante menos, 27.834. El pino silvestre, idóneo por su dureza para techos y estructuras, tuvo un aprovechamiento de 102,89 m³ y se consolida de forma sutil, pero progresiva, en los montes de la zona: en 2018 se extrajeron solo 0,04 m³ pero en 2023 había llegado ya a los 212,09. Debemos tener en cuenta que el pino silvestre precisa entre 20 y 40 años para su corta, por eso es menos frecuente su producción.
Por detrás de la corta de pino sí que se sitúa el eucalipto, con 142.247 metros cúbicos de distintas variedades retirados el año pasado o, lo que es lo mismo, el 37,7% del total. Desde el año 2019, su aprovechamiento supera los 100.000 metros cúbicos en cada ejercicio y, pese a la moratoria que dictó la Xunta en 2021 para evitar nuevas plantaciones, su producción rebasó los 145.500 en 2023. ¿Por qué? Porque la moratoria sí permite volver a plantar esta especie en tierras donde se había cultivado (no así donde se hayan talado frondosas). Así que se intensifica el rendimiento por hectárea. Entre 2023 y 2024 el aprovechamiento bajó en casi 3.300 metros cúbicos.
Líder en la venta de leña verde
El aprovechamiento de montes se refiere a la cantidad que se extrae legalmente de plantaciones e incluye madera, pero también corcho, leña o frutos para su uso doméstico o su venta. En el distrito forestal 16 prima la producción, como vimos, de pino y de eucalipto, ya que el volumen de madera de frondosas caducifolias, como el castaño, el roble, cerezo o el abedul, se quedó el año pasado en los 17.331 metros cúbicos (el máximo desde 2018 está en los casi 25.000 de 2023) y, en el caso de frondosas no caducifolias, como el alcornoque, se quedan en los 184.

Una plantación de castaños en Merza, Vila de Cruces, en 2018. / BERNABE / JAVIER LALIN
En el distrito forestal 16, como en los otros 3 de la provincia, en los montes de gestión privada su principal función es la venta de madera verde, donde Deza y Tabeirós-Montes lideran el listado, con 371.564 metros cúbicos, por delante de los 370.123 de Caldas-O Salnés, los 313.411 de Vigo-O Baixo Miño y los 111.911 de O Condado-A Paradanta. La venta de madera quemada ya tiene una presencia menos significativa, con 4.407 metros cúbicos en las comarcas. Pero es el segundo de los cuatro distritos con más madera quemada retirada de los montes: solo lo superan los 5.848 m3 de O Condado-A Paradanta. La extracción de leña seca se queda en los 851 metros cúbicos en las comarcas, mientras que en O Condado-A Paradanta marca los 778, en Vigo-O Baixo Miño roza los 1.038 y Caldas-O Salnés lidera el listado, con 3.832 metros cúbicos.
En 2024 se produjo un giro en los montes de gestión pública en el distrito forestal: solo se extrajo leña quemada, con 130,44 m³. Desde 2018 no se había retirado ni madera quemada ni tampoco seca, mientras que de leña verde se quitaron, 3.143 metros cúbicos en 2023.
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