Coexistir con la violencia
Meses llevan los vecinos del edificio okupado en la calle Álvaro Cunqueiro de Lalín reclamando medidas para desalojar a inquilinos que protagonizan episodios violentos, además de denunciar la peligrosidad que entraña para los viandantes un inmueble inacabado con desprendimientos frecuentes a la vía.

Enseres delante de la entrada a un bajo en el edificio okupado en la calle Álvaro Cunqueiro. / A.L.V.

La crisis del ladrillo dejó en Lalín varios edificios inacabados y uno de ellos está okupado desde hace meses. Los vecinos de este inmueble, de la calle Álvaro Cunqueiro, coexisten a diario con episodios violentos de algunos de sus inquilinos en un entorno ya repleto de basura y de enseres domésticos tirados en la calle.
En medio de bombonas de butano, sillas, tendederos, plantas, cocinas de gas, bolsas de basura y botellas, se encuentra la entrada principal a un bajo okupado del edificio, donde estos días dos varones protagonizaron una pelea. Los vecinos, ya acostumbrados a estas disputas entre ciudadanos extranjeros [hay pisos también okupados en el mismo bloque] incluso interactúan desde los balcones con los que, a cualquier hora del día, se retan para partirse la cara.
Los afectados reclaman más presencia policial para evitar unos episodios que son presenciados por niños, los mismos menores de esta zona que no pueden pasear por la calle para jugar por miedo y a los que sus padres prohiben que se acerquen por temor a que sufran daños con los cristales rotos, piedras y otros materiales tirados por la vía pública. En la parte trasera del inmueble hay decenas de bolsas de basura visibles desde los chalés situados en la urbanización anexa de Villa Flores.

Pelea de dos hombres delante del muro de un chalé anexo al edificio okupado. / Lalinense Enfurecida
En la última trifulca intervinieron dos hombres de mediana edad que, tras lanzarse piedras, acabaron a golpes en el muro de un chalé situado enfrente del edificio okupado, sin hacer caso a las súplicas de varios vecinos para que depusiesen su actitud. Observando los vídeos que circulan por las redes sociales tomados por los vecinos se deduce que no era la primera vez que estas dos personas se peleaban, y todo apunta que no será la última.
Las llamadas a las fuerzas de seguridad son frecuentes, tanto a plena luz del día, como de noche, aunque el guión de estos lamentables espectáculos se mantiene. Las peleas y la ockupación son solo algunas de las preocupaciones de los vecinos, pues los desprendimientos de cornisas y materiales de la estructura del inmueble son bastante frecuentes y otra razón más para no bajar a la calle.
La propiedad del edificio recae en la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), entidad que por el momento ha hecho caso omiso a las comunicaciones realizadas desde el ayuntamiento. Otros bloques en semejantes condiciones en Lalín fueron tapiados para impedir la entrada por cuestiones de seguridad, no en este caso, y hay vecinos que valoran emprender una recogida de firmas.
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