«Es positivo que un famoso admita una patología mental, siempre que sea cierto»
Anfitrión de un congreso que reunía a 120 psiquiatras de toda España y en el que la Sepac presentaba una guía sobre neuromodulación, Mario Páramo está a favor de que gente conocida con problemas de salud mental ayude a erradicar el estigma demostrando que «se puede ser igual de útil que con una diabetes», pero advierte sobre «quien afirma tener una enfermedad que no tiene solo por notoriedad»
koro martínez
Santiago acaba de ser anfitrión del Congreso Nacional de Intersociedades en el ámbito de la psiquiatría ¿Quiénes participaban?
Es un encuentro que organizamos de forma conjunta la Asociación Gallega de Psiquiatría y la Sociedad Asturiana de Psiquiatría, y este año invitamos también a la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica, que presentó dentro de esta cita una nueva guía sobre neuromodulación. El número de participantes rondaba los 120,con ponentes de Santiago, pero también de otras partes de Galicia, de Asturias, así como del País Vasco y de Madrid. En mi caso concreto, mi intervención se centró en los marcadores biológicos del trastorno bipolar, algo en lo que llevamos investigando tiempo, sobre todo a nivel genético.
¿En qué consiste esa neuromodulación?
Se basa en el uso de fármacos y técnicas como la estimulación magnética transcraneal o la estimulación eléctrica craneal, e incluso la utilización de fármacos como la esketamina, que de alguna manera facilitan las conexiones del cerebro y refuerzan la estructura cerebral para mejorar la enfermedad mental e incluso la respuesta a otros fármacos o terapias psicológicas.
¿Para qué tipo de enfermedades está indicada?
Generalmente en trastornos afectivos, depresión, manía, estrés postraumático..., pero sobre todo en trastornos afectivos. Es algo que se lleva utilizando mucho tiempo, y la nueva guía contribuirá a aportar rigor y criterio en el uso de todas esas técnicas.
¿Qué otros temas abordaron?
El problema del alcoholismo, los avances psiquiátricos en tratamientos terapéuticos para la esquizofrenia o el insominio, que es algo que nos preocupa, con nuevas formas de diagnosticarlo y tratarlo. Y también del trastorno bipolar, con la presencia de nuevos marcadores biológicos y nuevas terapias, o de la depresión.
¿Por qué les preocupa especialmente el insomnio?
Porque no hay ninguna patología psiquiátrica ni alteración psicológica que vaya bien si la persona afectada no duerme bien. Es más, la falta de sueño puede llevar a tener ansiedad, estrés, depresión, y hay que analizar el síntoma en su justa medida dentro del ambiente psiquiátrico.
¿Qué diferencia hay entre depresión y depresión resistente?
El tema es que ahora estamos estructurando unidades en todos los hospitales para la depresión que no responde al tratamiento habitual, la resistente, en las que se exponen las nuevas técnicas de terapia electroconvulsiva, la terapia de estimulación magnética transcraneal y el uso de fármacos novedosos como la esketamina.
¿El CHUS también tiene una unidad específica?
Sí, en el CHUS tenemos una unidad. No tiene estimulación cerebral profunda, pero la habrá, y nos permitirá que para aquel porcentaje de pacientes que no responden al tratamiento habitual, tengamos todo el elenco de terapias que se ha demostrado que son eficaces.
¿Investigan en este campo en Santiago?
Sí, realizamos ensayos clínicos promocionados por laboratorios, pero también llevamos a cabo investigación, sobre todo en genética y psiquiatría con el IDIS. Con la Universidade de Santiago estamos en grupos que investigan nuevas aplicaciones de móvil o ordenador como herramienta de ayuda en psicoterapia de la depresión.
Durante la pandemia se empezó a hablar más de salud mental y de depresión, ¿a qué lo achaca?
La depresión es un síntoma, un conjunto de síntomas de muchas etiologías diferentes. Está claro que durante la pandemia los estresores del ambiente se incrementaron, el síntoma de la depresión depende de si las personas tienen menos capacidad para afrontar los problemas, y con la pandemia pudo haber un pico, más o menos ya estabilizado.
Como profesional, ¿qué opinión le merece que personajes conocidos admitan públicamente haber pasado por una depresión?
Frente al estigma de la enfermedad mental, está bien que personas famosas ayuden a normalizarla, a mostrar que ante cualquier problema de este tipo eres tan persona y tan útil a la sociedad, tienes tanto que aportar como alguien que está cojo o tiene una diabetes. Por eso es positivo tratarla como una enfermedad más, el problema es cuando alguien sale a la palestra pretendiendo tener una enfermedad que realmente no tiene, porque eso sí es contraproducente. Si es verdad que ha pasado por ello o que tiene una enfermedad mental, es una gran ayuda; pero si lo dice solo por intentar tener cierta notoriedad y no es verdad, no está ayudando a nadie.
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