Entrevista | Consuelo Rodríguez Directora del CEIP de Silleda
«La vocación en la enseñanza es algo indispensable»
Natural de Manduas, dirigió durante ocho años el CEIP de Silleda, donde también fue jefa de estudios durante otros cuatro. Antes de todo esto, Consuelo Rodríguez Costoyas, Chelo para todo el mundo, reconoce que estuvo «en muchísimos centros trabajando». El 30 de junio abandona el cargo de directora

Consuelo Rodríguez, ayer, en su despacho del CEIP Plurilingüe de Silleda. / Bernabé
Aunque el próximo lunes día 30 deja de ser la directora del colegio de Silleda, Chelo Rodríguez tiene como fecha de jubilación el 31 de agosto. Hasta entonces las muestras de cariño hacía esta profesora trasdezana se multiplican.
—¿Cómo está viviendo los días previos a su jubilación?
La verdad es que lo estoy viviendo con sentimientos encontrados. Estoy contenta por la jubilación porque pude llegar a ella satisfactoriamente, sin tener problemas, pero claro ahora por ejemplo, estos días fueron muy emotivos. La despedida de niños siempre es muy entrañable. Tengo aquí a niños que me piden que no me marche. Es todo muy emotivo.
—¿Se esperaba algo así llegado el día de tener que dejarlo?
A ver, mi jubilación tampoco es forzosa. Yo me jubilo porque quiero. Lo que pasa es en estos días te das cuenta de que fueron muchos años rodeada de niños, llevó en el colegio 18 años, y tienes ahí tu parte sentimental que siempre es importante en estos momentos de la vida. Como te comentaba, después tienes a los niños que te vienen pidiendo que no te vayas y sentimentalmente estoy más emocionada que en otro momento de vida profesional. Es lógico.
—¿Ya ha pensado qué va a hacer el primer día de su jubilación?
Será el 1 de septiembre. Ese día no sé lo que voy a hacer pero mi intención es poder aprovechar a partir de ahora para viajar un poco, dedicarme algo a mi familia por si lo necesitan, tener más tiempo libre para disfrutar un poco de amigo, que a veces no puedes atender, también leer o hacer gimnasia. Es decir, distintas actividades.
—Supongo que será inevitable volver de vez en cuando al CEIP.
-Claro, hombre. Volveré a pasar. En septiembre me va a acordar mucho, de eso estoy segura. Pero, bueno, esa parte mía va a terminar. Lo mío es algo muy vocacional. Yo siempre me dediqué a la enseñanza durante muchos años y tengo mucho apego con los niños. Como todo el mundo sabe, me gustan de siempre los niños y formarlos. Me parece que es una vocación muy importante. Es donde empieza un niño a ser una persona, desde la formación que recibe en el colegio.
—¿Qué consejo le daría a su sucesora en el cargo directivo?
Ella se presenta voluntaria al proyecto. Lo primero que tengo que decirle es mucho ánimo y también que hay que tener paciencia y saber dar a veces una de cal y otra de arena. Pero, bueno, lo va a hacer muy bien porque es una persona muy conciliadora, algo importante en esta profesión porque siempre tenemos que ser conciliadores. Por eso, insisto, estoy segura de que lo va a hacer bien.
—¿Qué recuerdo se lleva de tantos años de docencia?
Tengo que destacar que ahora que me llega la hora de la jubilación, el recuerdo que me llevo conmigo es el buen clima que hay en el centro después de muchos años. También me gustaría destacar lo bien que nos llevamos los miembros del profesorado del centro. Por no hablar de la muy buena relación que existe tanto con cocineras, conserje, administrativo y demás. Esa buena relación me la llevo guardada en el corazón porque es algo que facilita mucho el trabajo. Siempre apoyaron en su totalidad los proyectos llevados a cabo en el colegio y tampoco me puedo olvidar que tuve un equipo conmigo excelente. Y estoy hablando tanto del secretario como del jefe de estudios, que ambos fueron maravillosos a la hora de desempeñar sus trabajos en el colegio de Silleda. Por último, también tengo que destacar el apoyo que tuve siempre del inspector, cuyo apoyo fue total en todo este tiempo.
—Hablaba de la importancia de la vocación en la enseñanza. ¿Es imposible ser un buen profesor si no hay vocación docente?
Imposible no lo sé, pero desde luego es muy difícil. Si te soy sincera, yo creo que la enseñanza tiene que ser vocacional. A ver, me imagino que eso es algo que sucede en todas las profesiones porque de lo contrario sería un calvario tener que trabaja en algo que no te motiva desde ningún punto de vista. En concreto, en la docencia, es indispensable porque sino hay cosas que te van a quemar mucho. Por es digo que yo no concibo mi profesión sin ese grado de implicación personal que la hace tan bonita.
—Sin embargo, se habla mucho de la pérdida de autoridad entre el sector de la enseñanza.
-Hoy en día la sociedad cambió mucho. Antes, el profesorado estaba muy valorado pero ahora como que ya no tanto. Los niños de hoy en día están muy protegidos. Entonces, si tú no tienes esa verdadera vocación que te diga que aunque aparezcan obstáculos es complicado decir que quieres luchar porque te interesan los niños. Incluso aunque tengas que recibir quejas de los padres. Los niños se dan cuentan de todo porque ellos ya ven lo que los apoyas, lo que los motivas y eso sin una vocación detrás yo creo que es más difícil. Yo no lo viví porque lo mío es vocacional y, sinceramente, pienso que la mayoría de los profes son vocacionales en sus desempeño.
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