Víctor Rey, piloto: «No me quedé en silla de ruedas por unos milímetros»

La vida de Rey cambió drásticamente el 6 de abril del 2024, cuando una caída en una carrera de Oporto le dejó cuatro vértebras rotas y la médula dañada. Hoy, el estradense sigue con su proceso de recuperación, soñando con volver a subirse a una moto.

Víctor Rey posa en su casa de Arnois con dos de sus motos de entrenamiento.

Víctor Rey posa en su casa de Arnois con dos de sus motos de entrenamiento. / Bernabé

A Estrada

«Cuando te dedicas a esto sabes que hay un riesgo. Un error y lo puedes pagar muy caro», afirma el piloto de motocross Víctor Rey al hablar de lo que ha vivido en el último año. Fue el 6 de abril del 2024, en la primera carrera del Nacional de Portugal, cuando una mala caída le rompió cuatro vértebras. «Fue duro cuando dejé de sentir las piernas. Tuve suerte. No me quedé en silla de ruedas por unos milímetros», explica. A partir de ahí tuvo que afrontar una dura recuperación, cuyas secuelas todavía sigue arrastrando. A pesar de eso, el estradense todavía sueña con volver a subirse a la moto.

«Llevo desde los cinco años subido en una moto», contaba Víctor Rey a FARO en una entrevista de 2019. Entregado a su pasión desde muy pequeño, el piloto encontró sin embargo su sitio en este mundillo cuando comenzó a practicar supercross y motocross. El estradense afrontaba en ese momento una temporada especial, ya que daba el salto al Nacional de Portugal en la categoría Élite. «En esto es necesario ir con cabeza. Hay que ir paso a paso para estar con los mejores», explicaba por entonces.

Tras el parón forzado por la pandemia Rey regresó a los circuitos portugueses, mejorando carrera a carrera hasta ese fatídico día en Oporto. «Era la primera carrera de la temporada y cometí un fallo en un salto triple. Cuando iba por el aire me di cuenta de que iba cortísimo y que no llegaba, así que decidí soltar la moto. En ese momento pensé que era mejor caer solo que con la moto , ya que podía quedarse trabada en el montículo e ir de cabeza. Es una decisión que tienes que tomar en segundos y no fue buena», lamenta.

Su problema fue que no cayó de lado, lo que le habría dejado solo unos huesos rotos, sino de pie. «Caí desde unos seis o siete metros de altura, a lo que hay que sumar la velocidad a la que iba», relata. «Mis piernas no aguantaron, así que caí de culo y la fuerza del impacto hizo que se rompieran las vértebras. Al principio no me di cuenta de la gravedad de la lesión. Me dolía la pierna, así que lo que pensé es que me había roto el fémur. En lo único que pensaba era en que no me moviesen y que no me cayese otra moto encima. Fue cuando me pusieron en la camilla cuando noté que algo iba mal en la espalda. El dolor era horrible y no daba movido las dos piernas. De allí ya me llevaron directo al hospital».

El estradense, en una competición.

El estradense, en una competición. / Cedida

Víctor Rey tuvo que ser operado de urgencia en el hospital de Oporto, ya que los médicos consideraron que no era seguro trasladarlo a Santiago en su estado. «Tardaron tres días en operarme pero lo peor vino después. Una de las vértebras, la L2, se había roto en muchos cachos pequeños y la médula también se había dañado. Me tuvieron que meter nueve tornillos para asegurar las placas. Luego llegó el momento de la recuperación», recuerda. «Al principio todo fue muy lento y pasé dolor. Yo era un bloque que no se podía ni mover. En el hospital sin embargo me forzaron a avanzar y en una semana ya me pusieron de pie. Me obligaron además a irme moviendo un poco. Creo que eso ayudó en la recuperación».

Desde el accidente hasta hoy ha pasado más de un año, meses en los que Víctor Rey ha seguido de baja, centrado únicamente en su recuperación. «No puedo correr ni nada que implique golpes a mi cuerpo. Sí que puedo ir al gimnasio y trabajar músculos de manera individual. También empecé ahora a hacer algo de bici, pero con cuidado y sin subir a montes ni cosas así», explica. «Todavía me queda para estar al 100%. Ahora mismo tengo las vértebras fijadas, así que toda la fuerza recae sobre la vértebra L5. Por eso no puedo cargar mucho peso. La parte positiva es que fui recuperando sensibilidad y movilidad».

Vuelta al ruedo

A pesar de estar todavía en fase de recuperación, el piloto estradense anhela volver a subirse a su moto. «Al principio no quería saber nada de la moto pero hoy sí que volvería», admite, aunque las previsiones no son buenas.

«El médico me dijo que los hierros se van a quedar para siempre. Tenía la esperanza de que me los quitasen, así ganaría algo más de movilidad y tendría menos peligro en caso de caída, pero con ellos... Me gustaría sin embargo poder volver a subirme y correr un poco, aunque sea solo en un entrenamiento. Tal vez algún día».

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