Tras las huellas del Camiño Real
Puede que en alguna ocasión escuchasen hablar del Camiño Real de A Estrada. A lo mejor en noticias sobre urbanismo o bien a la hora de hablar sobre esas callejuelas que se cuelan serpenteantes por en medio de las casas sin un destino final. Pero ¿qué es el Camiño Real, por dónde pasa y cuál era su función?

Paso del Camiño Real por detrás de las casas de la calle Calvo Sotelo. / L.D.
Para responder a estas preguntas hablamos con varios historiadores estradenses que nos van dando diferentes aportaciones a una cuestión que no parece especialmente documentada. Hay que pensar que este es un viaje al pasado, a mediados del siglo XVIII, cuando A Estrada aparece en los archivos como un «lugar» con unas pocas casas que ni siquiera tenía la consideración de aldea. Es por ello que no hay mapas de la época, ni referencias directas. Eso no impide sin embargo que los historiadores puedan recomponer este y otros caminos reales que pasaron por la zona.
Lo primero que debemos precisar es ¿qué es un Camiño Real?. Según el historiador Luis Ferro, estos caminos debían cumplir una norma, que tuviesen la suficiente anchura para cruzarse dos carros. Jorge Fernández nos apunta algo más. «Debían tener más de siete varas de ancho y permitir el paso de las tropas en formación». «Es complicado saber qué caminos eran reales, porque la gente le acabó llamando así a caminos que no lo eran. En realidad era solo los caminos importantes y dependían de la Corona de Castilla», nos cuenta Juan Andrés Fernández.
Jorge Fernández explica que A Estrada contó principalmente con dos caminos reales, uno que cruzaba el territorio de norte a sur y otro de este a oeste. El primero unía Santiago con la zona de Ribadavia y Portugal. Este Camiño Real es conocido por seguir en el casco urbano estradense el recorrido del Camiño da Geira, desde el Cruceiro hasta Serafín Pazo. En este caso sin embargo vamos a seguir un camino diferente, mucho menos conocido, un camino que dejó una huella en el callejero estradense que sigue presente hoy en día.

El camino atraviesa el Bar As Tres Portiñas. / L.D.
Se sabe que en los siglos XVII y XVIII este Camiño Real era el vial más importante del municipio. Entraba al territorio estradense por la zona de Oca procedente de la comarca dezana seguía por Moreira para alcanzar el puente románico de Callobre y continuar por Lagartóns y Guimarei en dirección a lo que hoy es la villa. Entraba en el casco urbano por la rotonda de As Colonias y ahí descubrimos su primera marca en el casco urbano. Encontrarlas no es difícil siguiendo la premisa de Juan Andrés Fernández; «son calles estrechas y que no están trazadas con una línea, van retorciéndose».
Hay que pensar que en esa época no había otro camino ni construcción, así que el Camiño Real marcaba sus propias reglas. En este punto nos encontramos una callejuela ahora asfaltada que discurre entre el antiguo supermercado DIA y la calle Fernando Conde. Esta calle sin embargo solo sirve para dar servicio a los vecinos y muere poco después, en medio de fincas. Por esas fincas seguía el Camiño Real original hasta llegar a entroncar con lo que hoy es la rúa Baiuca.

El camino en la Travesía de Justo Martínez. | L.D.
El camino seguiría ascendiendo después hasta la avenida Ponteareas, zona en la que de nuevo perdemos la senda por la construcción de edificios en toda esta zona. Luis Ferro nos da sin embargo una pista para seguirlo, un pequeño callejón situado junto al antiguo Bar Paramá que nos lleva a una finca sin construir. En ese punto hay que tirar de imaginación, saltar varios edificios, cruzar la calle Castelao y llegar al callejón –bautizado como Travesía Justo Martínez– que sirve de acceso a garajes entre la rúa Irida y la calle Calvo Sotelo. Ahí retomamos el Camiño Real para llegar y cruzar la calle Justo Martínez hacia la travesía que sube entre la Cafetería Alameda y la Librería Marxe. Se trata de un camino estrecho y sinuoso que da a la parte trasera de las históricas casas de la calle Calvo Sotelo y que, en su parte final, se queda sin salida.

Salida por la Ruela da Fonte en dirección a Cuntis. | L.D.
El Camiño Real sin embargo continuaba, superando esa finca cerrada final para llegar a la calle Serafín Pazo, justo a la altura del histórico bar As Tres Portiñas. En este punto, y al igual que ocurre con el Camiño da Geira, hay que cruzar el bar, saludar a David e Isabel, y salir al callejón posterior para seguir nuestro histórico camino.
Ya en nuestra última etapa cogemos recto para cruzar por la ahora bautizada como Ruela da Fonte y llegar a la calle Manuel García Barros. Aquí de nuevo toca tirar de imaginación, ya que el Camiño Real continuaría recto, cruzando por donde hay una manzana de edificios, y acabar saliendo a la zona del cruce del Mesón de A Estrada. Luego queda subir por la avenida de Vigo y poner rumbo a Cuntis. Antes de salir del pueblo sin embargo todavía podemos encontrar alguna callejuela original más en la zona del Grupo San Paio.

Callejón trasero de As Tres Portiñas. | L.D.
Estos caminos dependientes de Castilla eran utilizados por los vecinos pero solían tener un valor, especialmente a nivel comercial. Jorge Fernández nos explica que este Camiño Real formaba parte del trazado que seguían los Maragatos, comerciantes de la zona de Astorga, que llevaban sus productos al puerto de Carril.
Este Camiño Real terminó perdiéndose en el rápido crecimiento de la villa y la apertura de nuevas calles pero todavía sigue latiendo en los cimientos de A Estrada.
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