La francesa que dejó todo para cabalgar 2.400 kilómetros
La amazona francesa Marie Sonnois y su yegua Zambomba emprenderán el camino de vuelta a Auxerre el próximo lunes. Serán cinco meses de viaje y unos 2.400 kilómetros los que dejarán atrás en una valiente aventura que descubrimos con ella en su parada y fonda en tierras de Sabucedo.

Marie y Zambomba posan para FARO en la casa del aloitador Vicente Pereiras. | Bernabé
Marie Sonnois nos atiende en Portela, a un paso de la conocida aldea estradense de Sabucedo. Llegó a España el pasado mes de marzo sin tener casi conocimientos de español pero responde a nuestras preguntas con una soltura inesperada y con una sonrisa perenne. «Será bonito tener un recuerdo», le cuenta a su anfitrión, el aloitador de la Rapa das Bestas, Vicente Pereiras. La amazona de 33 años emprenderá vuelta hacia su localidad natal, Auxerre, en la Borgoña francesa, el próximo lunes. Lo hará después de cabalgar a lomos de su inseparable Zambomba unos 2.400 kilómetros en cinco meses. Antes de esa despedida, Marie nos cuenta a su manera una valiente aventura que comenzó en el año 2024.
«Fue un momento en el que no estaba muy bien en mi trabajo y quería hacer algo diferente. Me gustaba andar a caballo pero no tenía mucho tiempo, así que surgió la idea de emprender un viaje a caballo». Marie decidió entonces dejar su trabajo como diseñadora de muebles y comprar una yegua de origen español llamada Zambomba. «La compré en Francia, a través de un amigo que tenía un centro ecuestre. Él sabía que yo estaba pensando en hacer un viaje a caballo y me llamó para decirme que tenía un amigo con una yegua perfecta para mí».
Así fue como emprendió su primera aventura, a mediados del año pasado. Partiendo desde su casa en Auxerre puso rumbo a España, recorriendo unos mil kilómetros en tres meses. Ese primer intento sin embargo no llegó a buen puerto por culpa de un accidente en el mes de octubre. «Fue un momento en el que un helicóptero pasó por encima de nosotros. La yegua se asustó. Se cayó por culpa del barro y me rompí la rodilla con un mosquetón», recuerda la amazona francesa. Eso la obligó a volver a casa y descansar durante el invierno para recuperarse. «Así pude pasar un tiempo con mi familia», bromea una mujer que volvió a subirse a Zambomba en cuanto estuvo lista de nuevo, el pasado mes de marzo.
Marie decidió reemprender su camino desde el punto de su caída tomando la ruta del Camiño Francés hasta Santiago de Compostela y posteriormente hasta Fisterra. «Me gustó mucho. Lo hice fuera de la temporada alta, así que había peregrinos pero no demasiados. Todo era muy bonito, aunque también fue duro por momentos por culpa de la lluvia y el frío», explica recondando el mal momento que pasó en su paso por el alto de O Cebreiro.
La amazona destaca por encima de todo el gran trato que recibió a lo largo de su camino por parte de la gente con la que se fue encontrando. «Todos fueron muy amables conmigo, incluidos los peregrinos. Me regalaban comida y zanahorias para mi caballo», recuerda. Esa colaboración vecinal fue clave a la hora de encontrar dónde dormir al hacer el camino con una yegua. «Buscaba fincas. A veces llamaba a los albergues para saber si tenían algún lugar para mi caballo o conocían un sitio para dejarlo. Muchas veces solamente preguntaba a la primera persona que me encontraba en el pueblo si sabía de alguna finca donde pudiese pasar la noche. Siempre encontraba un lugar donde poder montar mi tienda de campaña junto a mi caballo. La verdad es que siempre me encontré gente amable que me ayudó mucho». Tanto fue así que Marie incluso recibió alguna propuesta de trabajo en su camino, gracias a su dominio de varios idiomas y a su habilidad como amazona.
El camino de Marie no fue rápido a pesar de ir a caballo, ya que no quería forzar a Zambomba más de la cuenta con tantos días por delante. «Hacía unos 20 o 25 kilómetros cada día. Una parte cabalgando y otra caminando. Intentaba llegar a mi destino sobre el mediodía para tener tiempo de buscar el sitio dónde dormir y montar la tienda y una especie de pastor alrededor para que no se escapase», relata una mujer cuyas alforjas dan muestra de lo ligera de equipaje que viaja.
Fisterra sin embargo no fue su destino final. «Quería seguir hasta Oporto, así que bajé todo por la costa. Una vez allí volví por la Vía Mariana, más por las montañas. Fue también un recorrido muy bonito». En esa vuelta hacia Santiago fue cuando conoció a Vicente Pereiras. «Fue a través de amigos de amigos que me dieron su contacto. Los últimos días hacia aquí él me fue buscando sitios donde dormir, porque conoce a mucha gente dentro del mundo de los caballos. Ayer dormí en Cuntis y Vicente me invitó a venir a su casa. Decidí aceptar porque solo lo conocía por teléfono». Ya en Sabucedo, la amazona aceptó quedarse el fin de semana. «Mañana vamos a participar en una ruta a caballo que hay por la zona. También conocí la tradición de la Rapa y me estuvieron mostraron vídeos», explica además de poder pisar la arena del curro de Sabucedo.
El lunes emprenderá camino de vuelta a casa. «Al final serán unos cinco meses. Calculo que llegaré sobre septiembre u octubre. Depende si me paro mucho o poco». Lo hará con Zambomba, una yegua con la que ha creado una relación especial. «Me busca todo el tiempo. A veces me despierta a las cinco de la mañana mordiendo la tienda para que le rasque».
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