Anxo y ‘Laidi’ brillan en Silleda

Parte del público que presenció el domingo en la Semana Verde la participación del niño cruceño Anxo Calviño desconocía la competición que tiene como protagonista a un binomio formado por un humano y un cerdo. Este fenómeno en el manejo de estos animales había deslumbrado el año pasado con su añorada Galiciña, una cerda de raza Porco Celta de 300 kilos de propiedad de su tío Fernando Calviño, de CMF Celtaporc, en Camanzo. Con ella se proclamó campeón gallego de la molalidad y tras la muerte de Galiciña, a finales del año pasado, comenzó a adiestrar a una de sus hijas.

Con Laidi, de 18 meses y 150 kilos de peso, este niño de solo 8 años de edad salió al ring central para tomar parte en el Concurso Interracial de Manexo Porcino. Compartió pista con Carla Blanco, una niña asuriana de 14 años que debía manejar por el circuito a un ejemplar llamado Ivana, de 160 kilos, de la raza Gochu Asturcelta, también de 18 meses de vida. El resultado en este caso era lo de menos y al margen de que la niña asuriana acabase con un mejor tiempo, lo que se pretendía en este evento en Silleda era la promoción de las razas porcinas autóctonas. A Carla le tocó salir primero y, según el tío de Anxo, partía con cierta ventaja porque a continuación Laidi estaba algo desorientada. «Al ser de otra raza, la cerda se puso a oler por el suelo y casi no quería salir; tuvimosque realizar el circuito casi al final de todo», comenta Fernando, que siempre acompaña a su sobrino. «Quedamos sprprendidos de la expectación que había en el recinto ferial». añade.

Anxo, que mantiene el título de campeón autonómico, se desplazará próximamente a Asturias para concursar en una simbólica rebancha con su compañera Carla, que en los certámenes de manejo porcino está acompañada por un familiar. En el principado este niño dezano, que siente verdadera pasión por los animales y por los cerdos en particular, tendrá la fortuna y al mismo tiempo la responsabilidad de difundir entre el público la raza autóctona gallega, que compartirá protagonismo con la Gochu Asturcelta. «En realidad los asturianos también nos decían que no le gustaba mucho que se hablase de competición, sino de una exhibición, sobre todo cuando estamos hablando de niños», apunta Fernando.

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