«La revolución de la sidra es ahora, aún queda recorrido»

Haritz Rodríguez es, a día de hoy, el único pommelier certificado de España. Su pasión por este mundo surgió de casualidad, y desde entonces hasta ahora continúa formándose en un sector que, según considera, está cogiendo cada vez más fuerza.

El entrevistado.

El entrevistado.

Nerea Couceiro

A Estrada

La Feira da Sidra arranca hoy con la presencia de un experto en la materia. Haritz Rodríguez, único pommelier de España, está presente en la cita y en una conversación con FARO nos desvela un poco más sobre este sector.

¿Cuándo comenzó a formarse como pommelier?

La trayectoria comienza por mi cuenta. Yo soy un consultor de márketing y comunicación, y en un momento dado me sumergí de lleno en el mundo de la sidra y comencé a viajar, a conocer bodegas, conocer su cultura y su historia, catar sidras y participar como juez en competiciones. Por eso diría que esta acreditación recoge lo que he ido adquiriendo a lo largo de los años, desde hace por lo menos una década. La certificación es más reciente. Empecé a pensar en la idea de que este conocimiento sería interesante que estuviese acreditado. Así que hace unos tres años comencé a formarme para una acreditación que se otorgaba en Gran Bretaña, ofrecida por la UK Beer and Cider Associatios y ahí hice varios exámenes para conseguir el título de pommelier. Ahora esta certificación desapareció, se ha unificado todo en el Certified Pommelier de la American Cider Association, y eso fue hace un año. Para conseguir el título debes examinarte de dos niveles, con parte teórica y parte sensorial, en la que debes catar y analizar varias sidras.

¿Qué lo llevó a adentrarse en este sector?

Yo soy periodista de formación y ejerzo como consultor de marketing, sobre todo en ámbitos agroalimentarios y turísticos. Fue a través de esto que empece a trabajar para el Museo de la Sidra de Astigarraga y en 2017 decidimos organizar una competición internacional y unas jornadas técnicas. Es aquí cuando de pronto descubrí un mundo que iba más allá de lo que yo conocía. Me enamoré de esto y empecé a empaparme de su tradición y a conocer más sobre este apasionante sector.

Háblenos del proceso hasta conseguir el título, ¿qué es lo que más disfrutó?

Con lo que más disfruto aún ahora, sin duda, es conociendo a gente, acudiendo a ferias, viajando a diferentes regiones productoras como son Noruega, Austria, Gran Bretaña, Estados Unidos, Asturias, o conociendo más en profundidad el País Vasco... etc. También me gusta todo lo que tenga que ver con la elaboración, las variedades de manzana, la agricultura y en general me apasiona todo el proceso de ir aprendiendo cosas nuevas.

Usted es, por el momento, el único pommelier de España. ¿Cree que es necesario que más gente se anime a profesionalizarse en esta área?

Esta acreditación, Certified Cider Professional, es un programa que puso en marcha la asociación de elaboradores de sidra de los Estados Unidos, y que está hecho con mucha vista. A más gente formada, que pueda hablar de las bondades del producto con la cualificación y conocimientos necesarios para su correcta difusión, más beneficioso. Es cierto que es algo incipiente y somos pocos en el mund –aunque diré que hay gente sin la certificación que fácilmente puede tener los mismos conocimientos que yo– pero sí sería interesante que hubiesen profesionales formados en esta materia.

La industria y la cultura del vino están muy arraigadas en España. ¿Considera que la sidra tiene el potencial para equipararse en el futuro? ¿O ya lo está haciendo?

Efectivamente, la cultura del vino está muy arraigada no solo en España, sino en todo el mundo. Aunque no soy partidario de compararlos, sí creo que en la sidra hay mucho camino por recorrer. La revolución se está dando ahora.

Háblenos de su proyecto Ciderlands.

Es una iniciativa que nace antes de la pandemia, en 2018, y tiene que ver con ese descubrimiento que me ocurre a mí a nivel personal. En un momento dado se me ocurre como consultor crear una red internacional de destinos de la sidra. Algo a semejanza de lo que viene a ser el enoturismo pero aplicado a la manzana. Propuse esta idea al Territorio de la Sidra y al Museo de Astigarraga y lo llevamos adelante, contactando con otros museos y rutas del sector, aglutinando todos estos destinos.

Esta es la tercera vez que visita A Estrada. Desde entonces hasta ahora, ¿cómo ve la evolución de la Feira da Sidra?

He estado en otras ocasiones, pero para impartir charlas o catas. Esta es la primera vez que puedo acudir a la feria, aunque sí la he seguido desde la distanci. Ayer mismo, cuando llegué a la plaza y me encontré la carpa y los mostradores, me quedé impresionado. Solo con los datos que se difunden, como los 4.000 vasos vendidos, ya es suficiente para constatar que ha crecido mucho y que ya es una cita más que consolidada.

Para finalizar, ¿tiene algún nuevo proyecto y objetivos en el horizonte relacionados con este sector?

Hay varios de los que todavía no puedo hablar, pero uno que sí quisiera adelantar. La American Cider Association y yo estamos buscando la manera de impartir esta certificación en español. Si todo va bien traduciremos todo ese contenido al español y me convertiré en educador certificado del programa Certified Cider Professional en España, Portugal y México, de momento. Pienso que esto puede ser un hito importante.

Rodríguez junto a los asistentes a la cata de ayer.

Rodríguez junto a los asistentes a la cata de ayer.

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