El BNG rechaza otra «invasión eólica»: 41 molinos de hasta más de 200 metros

Alerta de que «estos gigantes sembrados por los campos donde el vecindario desarrolla su vida y su trabajo estarán a escasa distancia de núcleos habitados y áreas protegidas»

Xestiloi se situaría en el límite de las Brañas de Xestoso. | Bernabé/Bárbara Cuiña

Xestiloi se situaría en el límite de las Brañas de Xestoso. | Bernabé/Bárbara Cuiña

Xan Salgueiro

Xan Salgueiro

Silleda

Una nueva remesa de parques eólicos, en esta ocasión de competencia estatal por superar cada uno de ellos los 50 MW, pretende ampliar en 41 el número de aerogeneradores en Terra de Montes y Deza, indica el BNG, que muestra su «oposición frontal». Son molinos que pueden llegar a 131 metros de altura con un rotor de hasta 163 m., lo que da una elevación total superior a los 200 m, estima.

«Estos gigantes sembrados por los campos donde el vecindario desarrolla su vida y, en muchos casos, su actividad laboral, estarán a escasa distancia de núcleos de población que se van a ver afectados por ruidos, sombras o efectos electromagnético de las líneas eléctricas», alertan los nacionalistas. Y se hacen eco de «la preocupación» de unos vecinos que «nuevamente se tendrán que enfrentar a un modelo de ‘transición ecológica’ donde Galicia no sale ganando».

La actual normativa sectorial propicia la tramitación simultánea y acumulada de proyectos cuyo enfoque es «claramente especulativo y depredador, contradiciendo las previsiones de la planificación energética», arguye Xoán Blanco, responsable del BNG en Deza y A Estrada. Recuerda que «en las áreas afectadas por los actuales proyectos Agritina, Ventoburgo y Agromaces ya se sometieron a tramitación otros», para los que la Xunta de Galicia emitió una DIA (Declaración de Impacto Ambiental) desfavorable. «Se repite la lucha vecinal contra el intento de expolio continuado, con lo que implica en el desgaste de la población –lamenta–, que se ve amenazada por multinacionales en una batalla que percibe como desigual y en la que los medios de los que dispone, tanto económicos como técnicos y administrativos son muy limitados».

El Bloque atribuye las causas de «esta nueva ofensiva eólica», en gran medida, a «la fragilidad de las medidas de protección de nuestra biodiversidad y recursos hídricos». Carga contra la Xunta por negarse a ampliar la Red Natura 2000 y proteger áreas de especial conservación, como las zonas húmedas o los hábitats donde se mueven las últimas manadas de caballos salvajes de Europa, representados en los montes de Sabucedo. Denuncia que «esta falta de garantías legales e instrumentos y medidas para desarrollar la Estrategia de Infrastructura Verde y para la Conectividad y la Restauración Ecológicas dejan nuestro territorio indefenso ante la implantación de instalaciones eólicas», con proyectos que bordean la Red Natura 2000. Un ejemplo son los aerogeneradores del parque Xestiloi, en el límite de las Brañas de Xestoso, o los localizados a escasa distancia de la Serra do Cando o del Monte Faro, «interfiriendo en la conectividad entre zonas protegidas», en contra de la legislación.

El BNG reafirma su intención de seguir con la defensa del territorio, pese a que «tanto el Gobierno del Estado como el de la Xunta no nos lo pongan fácil». «No queremos ser víctimas de un modelo extractivo que se aprovecha de nuestros recursos para beneficio de otros», expone; de ahí, su negativa a «infestar» los montes de aerogeneradores y su «mano tendida a todos aquellos que quieran unirse a la lucha contra este modelo depredador».

Nercellas: «Es imprescindible una moratoria y repensar este modelo anárquico y depredador»

El Ministerio para la Transición Ecológica evidencia «una planificación muy viciada», al «abrir la puerta a la presentación masiva de proyectos eólicos», dice el biólogo lalinense Martiño Nercellas. Las promotoras buscan «huecos libres fuera de la planificación, sin tener en cuenta el valor ecológico, agroganadero o forestal» y formulan «múltiples solicitudes solapadas para aumentar sus posibilidades».

A su juicio, «resulta imprescindible establecer una moratoria eólica y repensar el modelo actual, que es anárquico, desordenado y depredador». Ve necesario ordenar las capacidades de la eólica y garantizar la protección del territorio aplicando los instrumentos normativos existentes, como planes de conservación de especies amenazadas, protección de la Red Natura, de corredores ecológicos e infraestructuras verdes y planes de desarrollo rural. El modelo actual «de barra libre» explica que más de 60 parques estén paralizados cautelarmente por vía judicial. Aún así, «las administraciones siguen sin tomar medidas, perpetuando una situación insostenible para el territorio».

Nercellas denuncia perjuicios de los nuevos proyectos, cuyas evaluaciones ambientales ve deficientes y que no tienen en cuenta la existencia de otros eólicos próximos. Agratrina ocupa áreas libres en O Faro, «en una zona que debiera funcionar como corredor entre la sierra, Pena Veidosa y Martiñá», con especies amenazadas como los aguiluchos cenizo y pálido. Está cerca de una granja y a 700 metros de la aldea de Couso. Xestiloi está entre el límite de la Red Natura 2000 de O Candán y el LIC Brañas de Xestoso, en el único corredor libre de eólicos. Afectaría al monte Suapica, destruyendo pastos de montaña y zonas de alto valor ornitológico, con especies amenazadas. Ventoburgo ocuparía otra área limítrofe con las Brañas de Xestoso, en los montes de Cabanelas, Liripio y Tomonde, en donde viven caballos de la Rapa das Bestas. Sistesas se localiza en los huecos libres de eólicos entre las ZEC de las sierras de O Cando y O Candán, entre Forcarei, Cerdedo y Beariz.

Además, todos estos parques eólicos comparten líneas de alta tensión que atravesarán la Red Natura 2000, «agravando la saturación de la red eléctrica y el impacto paisajístico», concluye.

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