Los petroglifos predominan entre los 56 Bienes de Interés Cultural de las comarcas

| Cerdedo-Cotobade, con una treintena de estos elementos de arte rupestre, es el que más bienes atesora en total | Torres, mámoas, monasterios, pazos o recintos feriales son otros de los elementos patrimoniales destacados

La Tulla de Fafián es una torre fortaleza construida sobre el siglo XV .

La Tulla de Fafián es una torre fortaleza construida sobre el siglo XV . / | Bernabé/Javier Lalín

Alfonso Loño

Alfonso Loño

Lalín

Preservar el patrimonio es una responsabilidad social que en muchas ocasiones no es defendida como merece algo que forma parte de la historia de los pueblos. Admitiendo que los recursos públicos no son inagotables, existen decenas de bienes en las comarcas que agonizan sin que sus legítimos propietarios o los gobernantes hagan algo para remediarlo. La declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) no garantiza necesariamente la recuperación o preservación de un elemento histórico-artístico pues implica, según determina la Xunta en su declaración, tramitar un expediente que culmina tras su aprobación con una exposición de los datos relativos a su identificación y localización, así como otros de interés para su protección.

La reciente aprobación por parte del Consello da Xunta de la Tulla de Fafián (Rodeiro) como BIC, eleva 56 los elementos identificados por la administración autonómica en las dos comarcas. La mayor parte de los bienes de interés cultural existentes en Deza y Tabeirós-Montes son petroglifos, y solo dentro del territorio de Cerdedo-Cotobade figuran una treintena. Pazos, edificios religiosos, elementos funerarios, puentes o hasta un hórreo completan la nómina de elementos patrimoniales y culturales de la zona.

Sin salir de Camba, en este ayuntamiento hay dos BIC más; la Torre de Santa María de Guillar y la Mámoa do Coto dos Mouros (O Salto), declaraciones aprobadas en los años 1994 y 2011, respectivamente. En Vila de Cruces solamente consta, en el censo oficial de la administración autonómica, un petroglifo en Toiriz (1974), mientras que Dozón es el único ayuntamiento de las comarcas sin bienes catalogados. Agolada tiene 8: los petroglifos Pena da Carballeira, Campo do Xastre y Aián Picurela (también desde diciembre de 1974), las mámoas das Namelas 2, das Namelas 3 y da Chaira do Medio (las tres en marzo de 2011) y su buque insignia, Os Pendellos, desde mayo de 1985.

En 1931 se incluyó como BIC el monasterio de San Lourenzo de Carboeiro que, junto a las torres de Chapa y Cira y el petroglifo de Primadoiro, son los recursos existentes en Silleda. En Lalín está el Altar do Sol y dos mámoas, también, en Alperiz; además del Pazo de Liñares. El BIC más reciente fue aprobado en 2022 y se trata de un hórreo situado en el lugar de Covás (Catasós).

Sabucedo

A Estrada cuenta con tres bienes catalogados: el Pazo de Oca (1982), la Torre de Guimarei (1994) y (2017) el puente de Pontevea que comparte con el municipio coruñés de Teo. Además, el municipio con la celebración que acumula más siglos de historia, la Rapa das Bestas de Sabucedo, inició el año pasado a la tramitación administrativa para lograr su catalogación como BIC inmaterial. Con la aprobación del procedimiento por la Xunta, la Rapa ya cuenta con esta protección. Finalmente, en Forcarei existen cuatro bienes culturales. Son la Torre Vella de Barciela, en Castrelo; los petroglifos de Castro de Codesás y Laxa das Buratas, y el monasterio de Aciveiro (1931).

El grupo de gobierno de Camba anhela la adquisición de la Torre-Tulla de Fafián

Los cambotes recibían este lunes una noticia por la que llevaban años esperando: la Torre-Tulla de Fafián había sido declarada BIC con la aprobación de la resolución de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural publicada en el Diario Oficial de Galicia. El departamento municipal de Patrimonio, dirigido por la concejala Xulia Dacal, se atribuyó el "logro" y avanzó que esta era "la primera gran propuesta" en esta área de gobierno, al tiempo que indicó que "el paso definitivo" tenía que ser la adquisición de este bien por parte de la administración local. A mediados del siglo XVI, la Torre de Outeiro sirvió de vivienda a Rodrigo Fernández de Noguerol, juez de Tierra de Camba y Rodeiro entre los años 1527 y 1541. El noble pertenecía a la Casa de los Lemos, que había construido la torre en Fafián como avanzadilla del condado de Lemos contra el poder de la Casa de Camba. En el siglo XVI, la torre se convierte en una tulla, un almacén de grano que usaban los monjes de Oseira para guardar el cereal procedente de tributos.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents