A 140 kilómetros por hora y sin frenos

Sergio Costoya no ganó el Rallysprint de Silleda pero se muestra tan orgulloso como si lo hubiese hecho. Su gran mérito fue alcanzar la línea de meta y hacerlo a los mandos de un coche que se quedó sin frenos en el primero de los cuatro tramos. Hablamos con él para saber cómo lo hizo.

Sergio Costoyay Chistian Mejuto , ayer, con el Citroën Saxo con el que disputó la carrera. |  Bernabé

Sergio Costoyay Chistian Mejuto , ayer, con el Citroën Saxo con el que disputó la carrera. | Bernabé

Silleda

El piloto Sergio Costoya regresó el pasado fin de semana a la competición. Una vez más, la prueba elegida para volver a ponerse el casco fue la de casa, el Rallysprint de Silleda, y con Chistian Mejuto como su copiloto. Su objetivo, tras malas experiencias posteriores, era conseguir terminar la carrera y lo logró, aunque lo hizo con un problema inesperado. En el primero de los cuatro tramos de la carrera, su Citroën Saxo alquilado se quedó sin frenos. Costoya sin embargo decidió seguir en carrera, alcanzando de manera meritoria la línea de meta.

«Fue a falta de unos cuatro kilómetros para acabar el primer tramo cuando noté que no tenía frenos. Todo vino de un calentamiento del líquido de frenos. Entre tramo y tramo, la temperatura bajaba un poco y conseguía recuperar algo pero al poco de salir ya me volvía a quedar sin ellos», nos explica. La forma de dar controlado un coche de rally de este tipo sin frenos fue bajando muchos de marchas y tirando de freno de mano. «Tuve que bajar mucho la velocidad. Solo queríamos acabar. El problema era que no sabías cuándo ibas a quedarte sin frenos. En una recta larga íbamos a unos 140 kilómetros por hora y al llegar a la curva noté que ya no tenía. Tuve que reducir cómo pude», recuerda.

Sergio Costoya, que es primo de Christian Costoya, el joven piloto de karts que ya compite a nivel internacional, no ha tenido mucha suerte hasta ahora en el mundo de los rallys. El año pasado en la misma prueba tuvo un accidente. A pesar del trompo, logró finalizarla, aunque con problemas. En el Rali do Cocido sufrió un accidente en una ocasión y en otra rompió la caja de cambios, por lo que no pudo acabar ninguno de ellos. En sus inicios pilotaba un Seat Marbella que terminó vendiendo. Ahora corre con un Saxo alquilado. Según nos cuenta, está preparando un Citroën C2 para competición, aunque se trata de un proyecto que marcha lento.

A pesar de todos estos problemas, Costoya no se rinde y su intención es repetir el año que viene en una carrera en la que destaca su organización «de diez».

Aparatoso accidente con una espectadora herida

Uno de los nombres propios del Rallysprint de Silleda era el piloto local Javier Ramos. Era una ocasión especial para él ya que su hija Aldara Ramos, de solo 19 años, se estrenaba como su copiloto. La jornada sin embargo no salió como esperaban. Tras firmar buenos tiempos en los dos primeros tramos terminaron sufriendo un aparatoso accidente en el tercero.«Un kilómetro antes de llegar a la salida del tramo pasamos por una arqueta y creo que la llanta quedó tocada. Durante el tramo el coche falló y salimos justo en una zona donde había un muro, que se derrumbó. Al final terminamos volcando», nos explica Ramos. Ni él ni su hija sufrieron heridas. Su Skoda quedó con varios golpes, aunque estos no afectaron a la mecánica.La peor parte se la llevó sin embargo una aficionada que estaba subida al muro, a poca distancia de donde impactó el coche. En su caída del muro sufrió varios golpes y fue trasladada al centro médico. Las pruebas mostraron que tiene dos costillas fisuradas.

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