Anxo encuentra relevo para su añorada ‘Galiciña’

Anxo Calviño Rendo es un niño del rural gallego que pasa su tiempo libre con amigos y a diario acude al colegio público de Piloño. Nacido en Barcelona, reside en la parroquia cruceña de Camanzo y antes de cumplir siete años comenzó, casi como otra tarea lúdica más, a cuidar de una cerda de raza Porco Celta que acabó domando y se convirtió en una compañera inseparable.

Con Galiciña, después de meses de preparación, su familia lo animó a presentarse al V Concurso Nacional de Manexo de Porco Celta, un certamen que forma parte de la programación de la Semana Verde de Galicia que cada año se celebra en el recinto ferial de Silleda. Su tío Fernando Calviño, responsable de la sociedad CMF Celtaporc, estuvo durante estos meses pendiente de Anxo y lo acompaña a estos certámenes. En su debut, con 7 años, se proclamó campeón de manejo con su querida Galiciña, ejemplar de raza autóctona que murió a finales del año pasado durante un complejo parto. Ese episodio fue especialmente duro y complicado para este niño, por el estrecho vínculo que tenía con un animal de ya 300 kilos de peso con la que compartió cientos de horas desde que este pequeño tenía en tornoa a dos años.

Con la pérdida de Galiciña, Anxo ya tenía en mente volver a presentarse al concurso de la Semana Verde este año, pero obviamente necesitaba otro animal para moverse por el circuito. Será también una hembra procedente de la explotación ganadera de su tío Fernando. Bautizada como Laidi, es una de las hijas de Galiciña que ya cuenta con 16 meses de vida y lleva tres preparándose con Anxo para tratar de reeditar el triunfo en el concurso, cuestión que no le resultará pues tendrá entre sus rivales al ganador de un certamen semejante al de Silleda que se celebra en Asturias. El público que se acerque a Silleda el 8 de junio podrá presenciar un duelo entre los mejores manejadores.

La campeona, recuerda Anxo, «era terca» pero ganó en Silleda y alcanzó un segundo puesto en un certamen celebrado meses depués en Gomeán (O Corgo, Lugo). Su nueva compañera de circuito es más joven [la madre tenía 5 años] y Anxo tiene por delante mucho trabajo. «Debe caminar más despacio a la hora de completar el recorrido», afirma, mientras prepara un trazado en el exterior de su casa de Camanzo; un laberinto en el que debe tocar el menor número de obstáculos y finaliza con la subida a un remolque. Es el que se encontrará en la Semana Verde.

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