Premiada la consulta de Ostomías del CHUS por su empatía con el paciente

Para las enfermeras Mercedes Andrade y Nuria Martínez, el trato con los enfermos «a los que un estoma les ha cambiado la vida» es el mejor reconocimiento a su labor vocacional

Ángel Facio, tercero por la izquierda, junto a Mercedes Andrade y Nuria Martínez, y parte del equipo directivo del CHUS.

Ángel Facio, tercero por la izquierda, junto a Mercedes Andrade y Nuria Martínez, y parte del equipo directivo del CHUS. / Cedida

Koro Martínez

Santiago

Ambas enfermeras con especial vocación por la atención a aquellos pacientes a los que es necesario implantar un estoma como consecuencia de diferentes tipos de patologías, han visto como la consulta de Ostomías del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela en la que Mercedes Andrade y Nuria Martínez trabajan acaba de ser galardonada por la Sociedad Española de Enfermería Experta en Estomaterapia (SEDE) con una distinción que premia su calidad y la humanización con la que desarrollan su labor asistencial con los enfermos.

Un premio por el que aseguran sentirse satisfechas porque «había que reunir unha serie de condicións, de parámetros, e isto demostra que estamos facendo ben o noso traballo do día a día cos nosos pacientes», pero las dos subrayan en conversación que lo primordial para ellas es saber que «o 99% dos doentes din estar encantadísimos coa atención que reciben, e hai que ter en conta que para eles é moi duro ter que aprender a vivir cun estoma».

Un aprendizaje en el que, como apunta Mercedes Andrade, enseñan a «manexarse co estoma, a facer os cambios de bolsa, pero tamén os apoiamos moito a nivel psicolóxico ante un importante cambio de vida, que é o que máis lles inflúe».

Directamente vinculadas a esta consulta desde hace cinco años la primera y desde hace casi dos en el caso de Nuria Martínez, esta señala que son muy diferentes los tipos de patologías que pueden llevar a una persona a tener un estoma, una intervención que consiste en realizar una abertura o «estoma», exteriorizando el intestino a la pared abdominal, y colocando ahí una bolsa para recoger las heces u orina, denominada bolsa de ostomía.

De hecho, esa diferencia en cuanto a la dolencia hace que en algunos casos resulte más fácil asimilarlo porque «nunha enfermidade inflamotoria intestinal, nunha colitis ulcesora ou nunha enfermidade Crohn, é a última posibilidade cando non funcionan o resto de tratamentos, e para eles é unha salvación, pero hai pacientes que teñen dez minutos para asimilarlo se é por un accidente ou unha diverticultis perforada».

No obstante, estas dos enfermeras estomaterapeutas coinciden en que su implantación supone un cambio de vida en todo, «cambia a anatomía, pero tamén as saídas de casa, as relacións persoais ou sexuais, e incluso a actividade laboral».

Con 198 pacientes a los que durante el año pasado se les incorporó un estoma en el Área Sanitaria de Santiago y Barbanza, aseguran que el número de personas a las que atienden es mucho mayor, entre otras cosas porque «nós non damos de alta, facemos seguimento a todos os que teñen un estoma, o que sucede é que as consultas vanse espazando e ao mellor consultan sobre materiais novos ou porque necesitan unha aclaración específica para poder viaxar, ou precisan recomendacións básicas para ir no verán á praia, e sempre teñen acceso a nós por teléfono ou por WhatsApp».

Dificultades

En cuanto a las dificultades de adaptación de los pacientes, entre los que tienen alguno en edad pediátrica y mucha gente joven por enfermedad inflamatoria, subrayan que la edad no es un condicionante para adaptarse a la ostomía, puesto que «hai xente de 95 anos o máis que é independente moi rápido, depende da actitude».

Una adaptación a la vida cotidiana en la que creen que es importante que los afectados cuenten con baños públicos adaptados en los que puedan realizar los cambios de bolsa con tranquilidad y con unas mínimas garantías.

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