«Nadie se acuerda de la radio, hasta que se va la luz»
Manuel Puente y Fran Paz son dos estradenses que llevan siendo radioaficionados desde hace muchos años. Esta afición resultó muy útil durante el apagón que dejó incomunicada a toda España, Portugal y parte de Francia este lunes

Fran Paz, radioaficionado de A Estrada que coordina la zona de Vigo
En un momento en el que el apagón eléctrico dejó incomunicados a millones de personas en toda España, Portugal y parte de Francia, la radio volvió a ser una vez más la herramienta más fiable. Entre quienes siempre han estado ahí, aunque muchas veces sea en la sombra, A Estrada tiene a dos figuras destacadas: el primero es Manuel Puente, histórico radioaficionado de A Estrada, que fue fundador de del Radio Club Estrada en 1987 y su secretario durante 20 años; y Fran Paz, actual secretario la entidad y coordinador de zona en Vigo de la Red Nacional de Emergencias (REMER), puesto que hace 3 años también tuvo en la comarca de Deza-Tabeirós.

Manuel Puente, junto a su radio. / S. P.
Sobre cómo se inició en este mundillo, Manuel Puente recuerda que fue hace mucho: «Empecé en esto a finales de los sesenta, cuando no había ni teléfonos fijos ni móviles. En la mili, en la Brigada de Ingenieros Aerotransportables, fue donde me interesé por las comunicaciones». Desde entonces, su pasión por la radio lo llevó no solo a montar sus propios equipos, sino también a examinarse en la Escuela de Telecomunicaciones de Pontevedra para obtener su licencia oficial.
A lo largo de los años, Puente fue más que un radioaficionado, pues también actuó como coordinador de zona para A Estrada y los concellos cercanos como Cuntis, Silleda, Forcarei, Agolada, Lalín, Rodeiro o Vila de Cruces. De aquella, fue responsable de organizar simulacros de emergencia, mantener contacto con las autoridades de Protección Civil y actuar en momentos clave, como el accidente de un autobús escolar en A Rocha. «Entonces tuvimos que subir al monte San Sebastián para comunicarnos con la Subdelegación del Gobierno. No había otra forma» recuerda él.
Aunque ahora solo es colaborador, su compromiso con la red de radioaficionados sigue intacto. El lunes, durante el apagón, se mantuvo en escucha, atento a lo que sucedía en la zona. «No pude intervenir porque no tenía batería suficiente y el repetidor que suelo usar no estaba operativo. Pero estuve pendiente con el talqui y escuché a varios compañeros».
Con este suceso rememoró la pandemia, donde estuvo casi a diario en activo. «Hacíamos servicios de comunicación, estábamos conectados con Protección Civil, con la REMER. Ahora hacemos pruebas todos los domingos, para mantenernos en forma, por si pasa algo así», comenta.
Una afición altruista
Por otro lado, Fran Paz tuvo bastante más ajetreo que su veterano compañero: «Sobre las dos y media de la tarde nos activaron y a las cuatro ya estábamos en puntos clave». Él coordinó el operativo en municipios como Baiona, Cangas, Porriño o Vigo, dentro de la denominada zona 4 de la Red de Emergencia Nacional (las comarcas de Deza-Tabeirós pertenecen a la zona 3). «Hubo que cubrir hospitales, cuarteles de Guardia Civil, delegaciones... Las comunicaciones oficiales estaban completamente caídas», asegura.
Ante la magnitud del apagón, desde la comandancia de Pontevedra se solicitó el despliegue urgente de radioaficionados. «Nos pidieron unas 30 personas para cubrir puntos estratégicos. Algunos se trasladaron al puerto, otros a los montes donde tenemos repetidores alimentados por placas solares y baterías», explica el estradense. Él estuvo operativo hasta las cuatro de la madrugada, cuando fue relevado para poder incorporarse a su trabajo habitual.
A pesar del caos que se vivió fuera, el colectivo de radioaficionados funcionó perfectamente. «Cada domingo realizamos simulacros para estar preparados. Eso nos permite actuar con rapidez y eficacia en momentos críticos», asegura orgulloso de la gran labor que ejercieron.
Durante el apagón, por ejemplo, una de las estaciones de repetición empezó a quedarse sin batería tras horas de uso. «Enviamos un 4x4 con una extensión de cable para recargarla y mantener las comunicaciones. Esa infraestructura la montamos y mantenemos con nuestros propios medios», añade.
En un tiempo donde todo depende de lo digital, estos dos radioaficionados demostraron que la resiliencia pasa por lo analógico. «Nadie se acuerda de nosotros hasta que se va la luz» reconoce Paz, pero gracias a ellos, A Estrada siempre se mantuvo alerta a pesar de que todo estaba a oscuras.
Suscríbete para seguir leyendo
- «Tosí, él dijo ‘aquí no era’ y siguió pinchando; no me avisó de los riesgos»
- Ratifican la condena a un fisioterapeuta que perforó los pulmones a una paciente por una «evidente» mala praxis en la punción con agujas
- Síntomas para descubrir a tiempo la enfermedad más mortífera y difícil de diagnosticar
- Entrega del bote de 'Pasapalabra': Antena 3 modifica así el horario del esperado momento
- Extinguido el impresionante incendio en una nave de gestión de residuos en Porriño
- Melody, a lo bonzo: Austria gana Eurovisión frente a una España que se autoinmola por enésima vez
- Pesquerías Nores emitió despachos falsos al menos durante ocho mareas
- Desaparece en el Atlántico un piloto de Redondela afincado en Vilagarcía