Entrevista | Fernando Raña Barreiro Flautista

«La música en los cajones no pinta nada»

El Salón Teatro de Lalín fue escenario, ayer tarde, de la presentación del cedé titulado «De través», último y ambicioso trabajo discográfico de Fernando Raña Barreiro, catedrático y profesor de flauta en el Conservatorio Superior de Música de Vigo.

Fernando Raña Barreiro, ayer, durante la presentación de su disco en el Salón Teatro.

Fernando Raña Barreiro, ayer, durante la presentación de su disco en el Salón Teatro. / Bernabé

Lalín

El flautista Fernando Raña protagonizó ayer la puesta de largo en Lalín de su tercer trabajo discográfico, De través, en el que aparecen una serie de obras que ponen en valor la cultura musical gallega.

-¿Todas las piezas están compuestas sólo para su disco?

-Sí. Todo el repertorio del cedé es dedicado a mi. Son diferentes combinaciones con arpa, flauta sola, piano o percusión y son todos compositores de prestigio internacional pero que escribieron en esta ocasión un magnífico repertorio para flauta con diferentes combinaciones instrumentales.

-Supongo que tuvo que ser complicado poder conseguir esta amalgama de obras.

-Eso fue un proceso bastante extendido en el tiempo porque no fue todo simultáneo. Los intérpretes también tenemos que apoyar nuestro patrimonio cultural y divulgarlo. En los últimos años he tocado bastantes conciertos fuera de España y siempre prefiero programar música de compositores gallegos porque es la música que tenemos que hacer nosotros. Hay un repertorio estándar, por así decirlo, que es el que hacemos todos los flautistas del mundo, pero el repertorio gallego si no lo hacemos nosotros, se va a interpretar menos. Yo siempre le digo a los compositores que la música en los cajones no pinta nada, hay que tocarla, estrenarla y divulgarla. Al final, el resultado es maravilloso. Acabo de estar en Montenegro hace dos semanas, toqué música gallega y funciona muy bien. Ese prejuicio que tenemos a veces los gallegos, que pensamos que lo nuestro es inferior a lo de fuera, es mentira. Siempre funciona muy bien y estoy muy contento de programarlo allá donde voy.

-Sobre todo si se trata de un instrumento tan peculiar como la flauta, ¿no le parece?

-La flauta es un instrumento que canta por naturaleza y es quizás el más similar a la voz. Es un instrumento con muchas posibilidades líricas y para mostrar melodías. Después tiene sus peculiaridades, su personalidad aguda o su color determinado. En combinación con otros instrumentos –que eso es lo que también le da riqueza al repertorio–, en este disco hay alguna referencia con arpa o percusión y eso enriquece el conjunto porque son diferentes combinaciones que, aunque la flauta es el hilo conductor, los instrumentos que acompañan le dan variedad tímbrica.

-¿Dónde radica el leitmotiv de un proyecto tan ambicioso?

-Son todas piezas recientes. Pensadas para mi, estrenadas por mi y que alguna de ellas ya se están tocando pero la mayoría no. Ahí radica un poco la ambición del proyecto. Es un repertorio sin tocar, estrenado y con diferentes combinaciones que desde luego le da un sentido diferente a todo lo visto y oído hasta ahora. Esto y muy satisfecho porque todos los detalles estuvieron muy cuidados. Los intérpretes son de lo mejor, es decir no puedo estar mejor rodeado, la edición también es muy cuidada y entonces a veces, aunque se cuenten con pocos medios económicos, que es siempre nuestro handicap en la música clásica, el material humano es inmejorable. Este proyecto responde a lo que yo buscaba. Además, ha sido una grabación realizada en varios períodos temporales porque grabar con tanta gente, cuadrar las agendas y encontrar espacios para grabar fue complicado. No fue fácil. La primera toma de disco fue en el verano de 2023 y, después, Carnavales de y verano de 2024, lo que hace un año de grabaciones

-¿Tiene pensado cuál va a ser su próximo trabajo discográfico?

-Sí. Este verano, precisamente estoy ideando el nuevo proyecto discográfico también con la misma intención, que es divulgar nuestro patrimonio cultural y dejarlo registrado. La música clásica hay que escribirla, tocarla y, después, hay que registrarla porque en la música clásica los discos son como un registro bibliográfico que permite que se le siga el rastro a la partitura. En este sentido, en dos semanas voy a estrenar una sonata de Octavio Vázquez en Vigo.

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