El ciclismo en los tiempos pospandemia: caen las ventas y repunta la segunda mano
Los propietarios de tiendas de bicis señalan que tras el confinamiento terminaron stocks y no había material para fabricar más | Sugieren una bajada de precios para regular el mercado, «como ocurrió con la burbuja inmobiliaria»

Álex Caramés y Rubén Vázquez, de RG Bikes, en Silleda. / Bernabé / Javier Lalín
Después del confinamiento, allá por 2020, hacer deporte al aire libre toma una relevancia inesperada. La necesidad de moverse, de respirar fuera de casa y de mantenerse activo impulsa una tendencia clara: el ciclismo gana terreno como una de las actividades más atractivas. Saludable, accesible y perfecta para evitar espacios cerrados, la bicicleta se convierte en un símbolo de libertad y bienestar. Las ventas crecen de forma exponencial, hasta el punto de agotar existencias en muchas tiendas. Sin embargo, esa fiebre ciclista pierde fuerza con el paso del tiempo. Tras aquel pico histórico vivido durante los momentos más duros de la pandemia, el sector entra en una fase de estabilización que ya se deja notar con fuerza.
A casi cinco años del estado de alarma, las bicicletas ya no se perciben como ese escape imprescindible. El mercado responde con una desaceleración visible: aumento del stock, exceso de oferta y una notable caída en las ventas. La Asociación de Marcas y Bicicletas de España refleja con claridad esta tendencia. En 2021, la facturación alcanza los 2.887 millones de euros. En 2024, esa cifra desciende hasta los 2.315 millones. Más de 500 millones de diferencia que muestran un cambio de ciclo en la industria.

Álex Marque, de Marque Cycling, en A Estrada. / Bernabé
«Vendemos, pero está claro que no es lo mismo y que el mercado está saturado. En la pandemia todo el mundo quería hacer deporte y los que después dejaron la bicicleta aparcada la pusieron a la venta», comenta Rubén Vázquez, de RG Bikes, una de las tiendas de referencia en Silleda. Desde su experiencia diaria, observa un cambio claro en los hábitos de consumo. «La gente compra bastante de segunda mano, y con las bicicletas ocurre lo mismo», añade. Las plataformas de compraventa se llenan de modelos apenas usados, lo que reduce el flujo de clientes en las tiendas tradicionales.
En pleno 2025, la escena resulta muy distinta a la de hace unos años. Las tiendas cuentan con stock suficiente, algo impensable en plena pandemia. «Por aquel entonces no había ni material ni stock, todo el mundo quería comprarse una bicicleta. Cuando hay ausencia de algo es cuando la gente lo quiere», señala Javi Busto, al frente de Zamborá, una tienda especializada en Agolada. Según explica, el comportamiento del consumidor cambia: ya no existe urgencia por comprar y las decisiones se toman con más calma.

Javi Busto y Susana Alonso, de Zamborá, en Agolada.
Otro factor que influye en la caída de las ventas es la durabilidad del producto. Si durante la pandemia se adquiere una bicicleta de calidad, lo más probable es que hoy siga en uso y en buen estado. «Si ese es el caso, sí, la tendremos todavía en buenas condiciones», apunta Rubén Vázquez, de RG Bikes. La resistencia del material y el buen mantenimiento alargan la vida útil del vehículo, lo que retrasa la necesidad de renovar.
Lo que está claro es que el negocio de la bicicleta sigue un ciclo natural. «Depende de muchos factores, como por ejemplo el tiempo; es algo que notamos todos los compañeros de gremio», comenta Álex Marque, de Marque Cycling, en A Estrada. Las fluctuaciones del mercado, influenciadas por condiciones externas, son una constante que afecta tanto a la oferta como a la demanda. Además, Marque destaca que «igual que ocurre con los coches, con las bicicletas también existe un enorme mercado de segunda mano». Este fenómeno permite que muchos consumidores opten por opciones más asequibles y, en muchos casos, de buena calidad. Marque también subraya el crecimiento del mercado de bicicletas eléctricas en los últimos años. «Las subvenciones de la Xunta -a través del programa EBici- activaron la venta. Son bicicletas que pueden costar 500 euros o más».
Esta bajada en las ventas representa una especie de cribado para Javi Busto. «Es una forma de que compren los verdaderamente interesados en este deporte. A nosotros, en ese sentido, nos va bien», señala. Define la situación como «una burbuja, como ocurrió con el mercado inmobiliario, por lo que tendrán que bajar los precios para que se regule el mercado».
Salida empresarial para los propios deportistas
Álex Marque, gerente de Marque Cycling, cuenta con un sólido pasado sobre ruedas. Después de 19 años como ciclista profesional, se retiró en 2022 para dar un giro a su carrera y dedicarse a la venta y reparación de bicicletas. En su tienda, situada en A Estrada, combina su labor como comercial con la de mecánico, ofreciendo un servicio completo a los ciclistas.
Una historia similar vive Javi Busto, al frente de Zamborá en Agolada junto a su pareja, la también ciclista Susana Alonso. Ambos, reconocidos dentro del ciclismo de montaña, decidieron hace menos de dos años dar el salto al mundo del emprendimiento. En Zamborá ofrecen bicicletas adaptadas a todos los niveles, desde quienes se inician hasta quienes compiten en pruebas exigentes. Además de la venta, prestan servicio técnico y asesoramiento. «Como venimos del mundo del ciclismo, podemos asesorar a cualquiera que quiera empezar».
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