«Ya no soy capaz ni de correr 100 metros»

A sus 36 años, el atleta Álex Otero lleva diez luchando contra el dolor. Primero fue un raro tumor que afectó a la parte alta de su columna vertebral. Luego, un tumor en un ganglio de su columna y ahora su nervio vertebral está dañado. «Siento que es injusto, pero jamás me rendiré», sentencia

Álex Otero, en las pistas de atletismo de A Estrada.

Álex Otero, en las pistas de atletismo de A Estrada. / Bernabé

A Estrada

La vida de Álex Otero cambió por completo en el año 2016, cuando le diagnosticaron un «Cordoma de Clivus», un tumor muy raro que le afectaba a la parte alta de la columna vertebral y que le impedía ver con normalidad, provocando mareos y cansancio. El deportista del Atletismo A Estrada se sometió ese mismo año a una intervención en la que le extirparon el tumor y en la que todo salió perfecto a pesar de la peligrosidad. Tanto fue así que el estradense fue recuperando poco a poco su vida normal, volviendo incluso a practicar atletismo y ciclismo.

Su alegría duro hasta hace dos años, cuando el dolor regresó. Hoy, Otero lucha de nuevo contra una enfermedad para que la que de momento no tiene un tratamiento claro.

«Hace dos años que no soy capaz de correr 100 metros sin sentir dolor y que non aguanto la postura montado en la bicicleta», lamenta al recordar sus tiempos como deportista. Hace unos días el estradense se sometió a una electromiografía y los resultados no fueron buenos. Ha aparecido una inesperada problemática en los nervios de las vértebras c6 e c7. Esta nueva lesión en su columna viene a agravar los problemas que sufre desde hace dos años.

Según nos explica, la operación para tratar su tumor del 2016 le dejó secuelas mínimas, pero con el paso de los años le descubrieron que tenía un tumor en un ganglio que lo obligó a pasar de nuevo por el quirófano en 2023. «Me dijeron que quedó todo limpio. Me quitaron 40 ganglios por precaución. Incluso me dejaron sin tratamiento», recuerda. Sin embargo, esa operación sí que dejo secuelas, ya que afectó a su nervio espinal y a la zona de uno de sus hombros, que fue perdiendo movilidad y músculo.

Álex Otero.

Álex Otero. / Bernabé

A partir de ahí, Otero estuvo un año en rehabilitación y ahora trabaja movilidad en el gimnasio de la Agasp por su cuenta. «El dolor no se marcha pero al menos trabajo para intentar que mi cuerpo no se deforme y pierda la postura». El estradense aguardaba ir mejorando poco a poco o que los médicos den con un tratamiento, pero las últimas pruebas han sido un jarro de agua fría. «Las pruebas demuestran que mi problema sigue ahí y que es improbable que se me cure. Sin embargo, no saben por qué aparecen dañadas las cervicales, porque no me di ningún golpe», nos cuenta.

Estos problemas físicos han condicionado drásticamente la vida del atleta estradense, que no puede trabajar. «Vivo con dolor todo el día. Sentado lo llevo mejor pero de pie no aguanto mucho. A veces tengo que forzar un poco y al día siguiente ya no me doy ni movido. No podría pasarme seis horas de pie trabajando, así que estoy con una incapacidad», explica.

Por supuesto, esta situación lo mantiene alejado del mundo del deporte. «Hace dos años estaba compitiendo en carreras y andando el bici por el monte, que es lo que me gusta. Ahora ya no puedo hacer nada de eso», lamenta. Sin embargo, lo peor para él es la sensación de estancamiento que está viviendo en sus dolencias. «Incluso me llegaron a infiltrar en una ocasión pero no resultó. Incluso fue más doloroso», explica. «Es cierto que estoy bien comparado con otras muchas personas pero tener que vivir con dolor todos los días es muy duro», afirma un hombre que a sus 36 años, lleva diez de constante lucha. «Siento que es injusto pero jamás me rendiré. Seguiré probando todo lo que pueda hacer».

Tracking Pixel Contents