De ganadería convencional a regenerativa: «La tierra es como un yonqui»
La explotación Casa do Carril, de José Lorenzo, cambió un modelo tradicional por uno más ecológico: «Lo primero que dejé de hacer fue arar»

José Lorenzo con sus vacas de Casa de Carril. / Bernabé
Cambiar de una explotación ganadera convencional a un modelo alternativo no es un proceso sencillo, pero en Casa do Carril, en Lalín, ya está hecho. José Lorenzo, propietario del negocio, explica que la decisión se tomó porque no creían en el modelo convencional. «Nos faltaban conocimientos ecológicos, pero si te pones a investigar, encuentras formación suficiente», señala. Lorenzo cuenta con un trabajador a su lado y un total de sesenta cabezas de ganado, en una explotación en la que trabaja desde 2014.
Esta explotación forma parte de un programa formativo sobre agroganadería regenerativa dirigido a asesores y productores de Galicia y Cataluña. La Fundación Juana de Vega, en colaboración con la empresa Agroassessor, organizará este viernes una visita guiada a Casa do Carril. Durante la visita, los participantes podrán conocer de primera mano la experiencia de una granja que, hace diez años, optó por cambiar de un modelo tradicional a uno alternativo, logrando reducir costos y mejorar la productividad a través de una gestión eficiente de los recursos naturales. «Hoy en día, es uno de los mejores ejemplos de ganadería regenerativa de leche 100% a pasto de la Península», aseguran los organizadores de la formación.
La principal premisa de esta explotación es fomentar los procesos biológicos de forma natural. «Lo primero que hice al cambiar a este modelo fue dejar de arar. Hay que tratar la tierra como si fuera un ser humano», comenta José Lorenzo. El principio fundamental de Casa do Carril es que bajo la tierra hay más vida, y tanto los animales como la materia orgánica juegan un papel esencial en este sistema regenerativo.
Una de las principales características de este sistema regenerativo es la desintoxicación de la tierra, que estaba acostumbrada a nutrirse con biofertilizantes, abonos o productos químicos. «Hay que entender que la tierra del modelo convencional es como un yonqui, está enganchada, por lo que el proceso de recuperar la tierra negra —así se le conoce a la tierra después de la descomposición de la materia orgánica— debe ser gradual», explica Lorenzo.
En Casa do Carril crían tanto vacas lecheras como de carne, alcanzando un total de 60 cabezas de ganado. Se encargan personalmente de producir el forraje que alimenta a los animales, que se nutren exclusivamente de pasto, principalmente alfalfa y raigrás. «Estas variedades ofrecen un alto valor nutricional, especialmente en proteínas, lo cual es esencial para la producción de leche», señala el propietario de la finca, situada en Soutolongo.

José Lorenzo, de Casa do Carril, con sus vacas. / Bernabé
José Lorenzo tiene claro que todos los modelos están diseñados para producir y generar beneficios para otros, pero él quería ser quien decidiera a quién se destinaban los frutos de su trabajo. «En el modelo convencional, los animales están sometidos a hormonas reproductivas y antibióticos, lo que hace que siempre enfermen y las farmacéuticas se lleven su parte», señala. Aunque reconoce que incluso en el modelo regenerativo existen intereses económicos, prefiere este enfoque porque le permite vivir con más tranquilidad y ser más respetuoso con la tierra y los animales.
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