El saber de los antiguos ilustradores botánicos se puede vestir
La lalinense Iria Donsión Fernández, estudiante de diseño de moda, ganó recientemente el Premio Miscelánea de la EASD Mestre Mateo por su colección El ombligo de Venus. Su inspiración son los cuadernos de campo de los ilustradores botánicos, así como los curanderos, los saberes medicinales y la ropa interior de antaño

Iria Donsión Fernández en la parroquia de Vilanova (Lalín). / Bernabé / Ángel Abeledo
Diseñar una colección de moda desde el rural es posible, y sino que se lo pregunten a Iria Donsión Fernández (Lalín, 2003), ganadora del Premio Miscelánea ao Mellor Proxecto de último curso do Grao en Deseño de Moda por su colección El ombligo de Venus, un galardón dotado con 500 euros. «Fue toda una sorpresa, no me lo esperaba, pero estoy muy contenta y agradecida», celebra Donsión, natural de Lalín y con residencia en la parroquia de Vilanova. El premio le fue entregado en la Gala Despunte, que celebra la EASD Mestre Mateo todos los años en la Cidade da Cultura de Santiago. En su caso, fue la marca textil El Pulpo la que le entregó el galardón económico.

Tres modelos posan con la ropa diseñada por la lalinense Iria Donsión. / Cedida
«Para esta colección –El ombligo de Venus– me inspiré en los cuadernos de campo de los antiguos botánicos y en la ropa interior de antaño», cuenta la estudiante del último curso del Grado en Diseño de Moda de la EASD Mestre Mateo de Santiago. Las ilustraciones botánicas eran la única manera de dejar constancia de las especies de plantas de la época antes de que se inventase la fotografía en el siglo XIX. Los encargados de realizar este trabajo eran los ilustradores botánicos, quienes representaban en sus cuadernos la forma, el color y los detalles de las plantas, así como los saberes medicinales. «Tanto la figura del curandero como la del ilustrador botánico tienen una gran importancia en la colección».
Una de las principales características de los diseños es el aspecto blanco y natural de los tejidos. Los colores también juegan un papel importante en la colección El ombligo de Venus: el blanco, el beige, el tierra y el verde son los colores predominantes de las prendas de la premiada serie textil. «El blanco representa la ropa interior de antaño y las faldas beige, los papeles de papiro en los que dibujaban las plantas los ilustradores botánicos», cuenta Iria Donsión, quien buscaba crear formas orgánicas que imiten lo natural.
El proyecto se contextualiza en Galicia, puesto que el Camino de Santiago fue clave para difundir las propiedades de las plantas curativas. «Cada monasterio por el que pasaba el Camino tenía una botica propia y una huerta para abastecerla», asegura. Con todas estas ideas, Iria Donsión crea una colección compuesta por tres conjuntos hechos con corcho teñido a mano, sábana y bambula, así como capas de tul estampado con las propias plantas medicinales a golpe de martillo. «En este caso me encargué tanto del diseño como de la confección de las prendas».
Uno de los elementos que más llama la atención de la colección es el portador de herramientas, elaborado de corcho natural teñido a mano. «Quería representar la manera en la que los ilustradores botánicos llevaban las herramientas necesarias para realizar sus labores, sobre todo lápices», indica.
Ahora que está en el último curso del Grado en Diseño de Moda, Iria Donsión ya prepara su Trabajo de Fin de Grado. «Es una nueva colección que tiene una estética completamente diferente a la de El ombligo de Venus». Para este nuevo trabajo, la lalinense se está inspirando en la nostalgia, concretamente a través de la película de los años setenta Grey Gardens. «Es una película que se centra en unos familiares de Jacqueline Kennedy Onassis, ex primera dama de los Estados Unidos. Pasan de ser burgueses a pobres, y eso es lo que quiero retratar con la nueva colección, la sensación de estar estancados en el pasado», cuenta Donsión sobre su TFG.
En cuanto a lo que más disfruta diseñando y confeccionando, Donsión resalta que son los complementos, y no descarta tener su propia marca algún día. Por el momento, está centrada en coger experiencia laboral: «Estoy a punto de empezar las prácticas en la empresa Chimpos, especializada en vestuario artístico, y después ya se verá», asegura la estudiante de diseño de moda.
Inspiración y referentes
Iria Donsión siempre está buscando inspiración, tanto en la realidad que la rodea como en otros diseñadores que ella misma admira. La diseñadora albanokosovar Lirika Matoshi es una de sus mayores referentes a la hora de trabajar: «Me gustan mucho sus diseños, son muy únicos, especialmente su vestido de fresas, que se hizo viral durante el confinamiento». Matoshi, quien trabaja sobre todo con diseños bucólicos, logró en plena pandemia que la gente se gastase 400 euros en un vestido de tul, estampado con fresas y recubierto de purpurina -con mascarilla a juego incluida- que ni siquiera podían lucir en la calle.
«De pequeña ya diseñaba mis propios disfraces»
Iria Donsión Fernández siempre tuvo claro que lo suyo era la rama artística. Estudió en el IES Laxeiro hasta que llegó el momento de elegir qué Bachillerato hacer, y al querer hacer el Artístico, tuvo que irse a estudiar al Aller Ulloa. Una vez terminado, y con la selectividad hecha, solicitó plaza para estudiar la carrera de Bellas Artes, pero también para formarse en moda en la EASD Mestre Mateo de Santiago. Finalmente fue admitida en ambas, pero escogió la segunda opción. «Desde que era pequeña siempre me gustó la moda, y en cierto modo la practicaba diseñando y elaborando mis propios disfraces», recuerda. Ahora está a punto de terminar sus estudios y ya se prepara para el futuro: «Por el momento me gustaría trabajar en una empresa para coger experiencia laboral», cuenta Donsión, quien no descarta ser diseñadora en un futuro.
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