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El alto que no dieron los ‘xenerais’

El hermanamiento entre la Feira do Cocido de Lalín y la Festa da Filloa de Lestedo (Boqueixón) propició que los asistentes al desfile de la fiesta dezana pudiesen presenciar un atranque de dos Xenerais da Ulla. Poco después se escenificó otro alto, pero con distintos protagonistas.

Un flamante tractor Barreiros en la carroza de la cooperativa de Botos.

Un flamante tractor Barreiros en la carroza de la cooperativa de Botos. / | Bernabé

Alfonso Loño

Alfonso Loño

Lalín

Las carrozas y las comparsas son unos de los principales atractivos del desfile del día grande de la Feira do Cocido. Colectivos vecinales o sociales se estrujan cada año las meninges para diseñar una propuesta atractiva que guste al público y a la elaboración de las carrozas dedican semanas con el objetivo último de cuidar hasta el más mínimo detalle. Una vez listas, se transportan sobre plataformas desde su lugar de origen hasta el núcleo urbano la misma mañana del desfile y luego regresan a las parroquias para su desmontaje.

A pesar de que algún año hubo hasta un concorde desfilando por el centro de Lalín, ni las carrozas no son propulsadas por hélices o turborreactores sino que llegan por carretera. La red vial tiene sus guardianes, agentes que velan por el cumplimiento de las normas o prestan auxilio a conductores y peatones cuando les surgen adversidades. Las carrozas del Cocido no se desplazan en carros de vacas ni siquiera en remolques de tractores, ocupan amplias estructuras tiradas por cabezas tractoras o por tractores provistos de joysticks. Al acabar el recorrido, de camino a casa, un par de carrozas fueron interceptadas por agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que les dieron el alto. Una de ellas fue la de Don Cocho, patrocinada por el Concello de Lalín, cuya estructura viajaba a bordo de un camión. Los agentes indicaron al conductor que debido a la clasificación del vehículo era necesario que fuese guiado por la empresa propietaria y en unos instantes, previa llamada al concesionario que amablemente cedió el camión, el asunto quedó resuelto.

Más discusiones surgieron cuando la carroza de la Cooperativa Gandeira de Botos (ganadora del concurso) se movía por la carretera a la altura de Os Olmos, cerca de la rotonda de la autopista. Los guardias solicitaron documentación en materia de transportes de los distintas partes móviles y, al parecer, advirtieron a los responsables del vehículo que había exigencias insalvables y por tanto tenían que proponer una serie de sanciones por vulnerar la legislación de tráfico.

La carroza de Don Cocho en el desfile. |  Bernabé

La carroza de Don Cocho en el desfile. | Bernabé

Este extremo fue confirmado ayer por el instituto armado. Sin concretar multas ni las sanciones económicas que llevarían parejas, admite que «fueron revisadas algunas carrozas y en casos se propondrán boletines de sanciones». Las inspecciones de Tráfico se realizaron como cada año por el Cocido, también con pruebas de alcoholemia y por consumo de drogas.

Los Xenerais da Ulla se estrenaron este año en el desfile, pero no fueron los únicos que protagonizaron un Alto.

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