José Molares inmortaliza a Victorino Gutiérrez Aller
La Irmandade Xurídica Galega impulsa un homenaje en forma de escultura al que fuera notario de Lalín, Victorino Gutiérrez Aller. El prestigioso escultor vigués José Molares es el encargado de realizar un busto del jurista que será ubicado en las inmediaciones de la Facultade de Dereito de la Universidade de Santiago.

El escultor José Molares, ayer, en su estudio junto al busto en terracota de Victorino Gutiérrez.
A José Molares (Vigo, 1961) le gusta que los espectadores de sus esculturas palpen una obra que se caracteriza por la minuciosidad y un realismo que en algunas ocasiones llega a sobrecoger. Su último trabajo tiene al ilustre notario lalinense, Victorino Gutiérrez Aller, como gran protagonista. «No tuve el gusto de conocer al notario y sólo pude hablar por teléfono con su hijo Victorino, que me felicitó por el modelado porque por lo visto quedaron encantados en la familia», explica este artista vigués con una gran presencia en la ciudad que le vio nacer, aunque también tiene obras en otras localidades y, también, está presente en colecciones públicas y privadas.
Molares hace memoria para recordar cómo surgió la posibilidad de inmortalizar la figura del malogrado notario fallecido el año pasado y el que más protocolos notariales redactó en gallego desde que tiene reconocimiento público: «Irmandade Xurídica Galega es un organismo con los que trabajo mucho desde hace muchos años. Haciendo eso, bustos de personajes ilustres, galleguistas, empresarios, escritores o científicos, entre otros. Aprovechan siempre para hacer un acto público y tengo la suerte de que lo hacen con alguna escultura realizada por mi del personaje que eligen ellos. Junto al Foro Enrique Peinador, son organismos que tutela un poco Pepe Rodríguez. Generalmente me encargan bustos de personas relevantes, como es este caso», indica.
El artista olívico también desvela lo afortunado que fue a la hora de recopilar documentación de Victorino Gutiérrez para poder llevar a cabo un trabajo tan detallista como son todos sus retratos. Molares aclara que «en esta ocasión tuve bastante suerte porque normalmente estás limitado a fotos muy antiguas, pero como falleció el año pasado había un vídeo de hace unos diez años de una entrevista que le hicieron precisamente el grupo de Irmandade Xurídica Galega y la Fundación Enrique Peinador que pude visionar. Lo cierto es que me ayudó muchísimo para el modelado del busto».
La realización de piezas tan realistas como son las de Molares tiene un tiempo estimado que el escultor considera necesario. Manifiesta al respecto que «normalmente, para realizar estos trabajos a lo mejor tardo tranquilamente un mes en poder hacerlos. Los hago con mucha documentación y te puedo decir que tengo que meterme casi en el personaje, soñar con él y lleno el estudio de fotos siempre del personaje que estoy modelando para intentar captar hasta el último detalle, la última arruga o el último gesto que me pueda identificar más con él». El busto del notario de Lalín no iba a ser una excepción porque «en este caso, lo que es el modelado me llevó unos 25 días. Pero son muchas horas al día porque en el estudio no existe una jornada laboral al uso, digamos. Puedo estar todas las horas que sean necesarias para poder hacerlo. Además, estos retratos son un poco ir hacia adelante y hacia atrás. Es un camino bastante arduo. Con Victorino Gutiérrez, como no tuve la suerte de conocerlo y la gente sí, tienes que pasar el examen, sobre todo el de la familia. Me quedé muy contento porque el viernes por la tarde me llamó Victorino para decirme que estaban impresionados».
Terminado el boceto en terracota de Gutiérrez, Molares cuenta con unos plazos obligados para llevar a buen puerto su obra. «Trabajo a mano desde el principio hasta el final. El proceso es hacer un bastidor soldado, que es una cabeza de varilla de hierro con parte del torso, y empiezo a pegar barro ahí. Es empezar desde cero. Estoy bastante acostumbrado pero es bastante latoso, la verdad». Y lo siguiente tiene como objetivo la fundición final porque «después del modelado en arcilla ahora el siguiente paso, una vez que tengo el visto bueno de la familia y de los promotores, haré un molde de silicona y carcasa de escayola y una reproducción en cera de ese mismo busto. Lo volveré a repasar y a corregir para llevarlo después a la fundición para que sea fundido en bronce artístico. El busto de Victorino Gutiérrez probablemente lo funda en Madrid, donde yo trabajo habitualmente».
Aunque la obra está promovida por la Irmandade Xurídica Galega, el pagador será la Secretaría Xeral da Lingua, a través de su responsable Valentín García. Mientras tanto, Molares retoca los últimos detalles de una pieza que sorprende por su realismo y el fiel reflejo de la expresión facial del notario.
Suscríbete para seguir leyendo
- Hacienda lanza un aviso: queda prohibido seguir pagando en efectivo estas cantidades a partir de ahora, aunque sea fraccionado
- Una inspección en una cafetería viguesa por quejas vecinales termina con la incautación de droga a clientes
- Familias de víctimas del franquismo urgen al fiscal general a «revertir la infamia» de los miles de desaparecidos que siguen en fosas y cunetas
- No es Cudillero, pero casi: el pueblo marinero más bonito de España está en Galicia y no, no es Combarro
- Si tengo el ácido úrico alto, ¿qué debo comer, y que no, para bajarlo rápidamente?
- Un concejal de Lalín que paseaba a sus cabras rescata a un gavilán atrapado en una alambrada
- Chelo García Cortés abre las puertas de su casa en Ourense acompañada de Carlota Corredera: «No soy catalana, soy gallega»
- Se queda dormido y toma de frente la rotonda del Mercadona